La diáspora venezolana en Colombia está cumpliendo una labor efectiva de atención y apoyo a los casi dos millones de nacionales que, entre legales e irregulares, se concentran fundamentalmente en siete departamentos colombianos como migrantes forzosos. Su mayor representación es la Gran Alianza Venezuela.
La Gran Alianza Venezuela reúne a la mayoría de organizaciones, fundaciones, iniciativas, asociaciones y medios que brindan desde atención jurídica y migratoria, alimentos, medicinas, ropa, atención medica hasta alojamiento temporal.
En la GAV se encuentran registradas a la fecha 104 organizaciones, la mayoría de ellas dirigidas por venezolanos, que tienen en común el objetivo de atender a esta migración que muchos no dudan en calificar como única y desordenada.
La Alianza funciona como una plataforma de organizaciones. No tiene una estructura directiva como tal y se presenta como una manifestación significativa de la diáspora ante la institucionalidad colombiana con el objetivo de tener influencia como bloque en la definición de políticas públicas del Estado colombiano en temas que tengan relación directa con la presencia de los venezolanos en Colombia.
Es así como representantes de la GAV ya son miembros permanentes en las comisiones multidisciplinarias del gobierno Duque en temas como salud, empleo, educación y algunas subcomisiones que se han establecido para el análisis de temas específicos.
La ola migratoria venezolana tiene presencia en todos los 32 departamentos colombianos. Sin embargo, según cifras presentadas por Migración Colombia, el 80 por ciento de esta población se concentra, fundamentalmente, en siete regiones: Bogotá, en su zona metropolitana, Norte de Santander, Sur de Santander, Antioquia, Valle, Atlántico y Bolívar.
En estos departamentos se encuentran también concentradas las sedes principales de las organizaciones afiliadas a la GAV que reciben, según su área de acción, donaciones de ciudadanos colombianos, de venezolanos asentados en Colombia, de organizaciones internacionales y grupos de venezolanos que se encuentran en el resto del mundo. Ninguna de las 104 entidades registradas recibe recursos del estado colombiano y es allí en donde reside, contradictoriamente, su principal ventaja y la desventaja.
En este momento el reto para la GAV es claro: pasar del tema asistencialista, es decir el apoyo directo en donativos a los migrantes, a la integración laboral, educativa y social de los más de 800 mil venezolanos registrados formalmente en Colombia y los más de un millón que están como irregulares en el país. Y no es nada fácil la apuesta. Se trata de concertar primero las acciones con el estado colombiano, vincular a los migrantes venezolanos, acercarse a las comunidades de acogida y enfrentar las manifestaciones xenofóbicas que, a pesar de ser minoritarias, están haciendo mucho ruido en medios de comunicación regionales. (Alans Peralta)