Pedro Ángel de Jesús Rincón Gutiérrez dirigió durante 22 años los destinos de la Universidad de los Andes (ULA), dando un lustro y auge especial a la casa de estudio más importante del occidente de Venezuela.
Nacido un 24 de julio de 1923 en el municipio La Cañada de Urdaneta, estado Zulia, Rincón Gutiérrez tuvo una vida de superación que vale la pena rememorar, así como rendir elogios a su dedicado servicio en su alma mater.
Sus primeros estudios los realizó en la escuela del Dr. Amenodoro Rangel Lamus, en Táriba, estado Táchira, a donde se mudó su madre Vitalia Gutiérrez, luego de que falleciera su marido Fermín Rincón, según cuenta Pedro León Salinas, en la página, Saber ULA.
De allí, Pedro Rincón Gutiérrez, apodado “Perucho”, viajó a Mérida, donde culminó bachillerato en el Colegio San José, a cargo de padres jesuitas. Y sería en esta ciudad de la sierra andina donde entraría en contacto con la universidad a la que le consagrará su vida.
Entre 1941 y 1947, el joven realizó estudios de medicina en la ULA, de donde egresó con honores, e inició sus labores como profesor, como reseña la página de Venezolanos Ilustres, en su artículo El “Rector de los rectores”: Pedro Rincón Gutiérrez.
En la ULA tuvo a cargo las cátedras de farmacología, semiología, obstétrica y clínica ginecológica, llegando a ser distinguido con el premio Rafael Rangel por su dedicación, calidad y profesionalismo.
Estos logros le fueron brindando un renombre que sirvió de peso para que el cuatro de febrero de 1958 fuera escogido rector de la universidad. En este cargo fue reelegido en tres ocasiones (1959-1972, 1976-1980 y 1984-1988).
Su función al frente de la casa de estudio pasó a la historia por haber hecho crecer en tamaño y calidad a la ULA, al punto que se extendió a otros estados como Táchira y Trujillo. Y la mismísima ciudad de Mérida es para muchas personas una urbe dentro de una universidad.
Rincón Gutiérrez abrió los Núcleos Técnico Científico, Humanístico Social, y Médico Biológico, así como el Hospital de la Universidad de los Andes (HULA). También aupó la construcción de residencias estudiantiles y consiguió el otorgamiento de beneficios para docentes y alumnos, como se puede leer en la biografía que le realizó la Academia de Mérida.
Dentro de estos logros, también destacan los convenios alcanzados con instituciones internacionales y la creación de programas para incentivar la investigación.
La Academia de Mérida sostiene que a este esmerado rector también se debe la fundación de “cuatro Facultades, nueve Escuelas, siete institutos de Investigación, nueve Centros Interdisciplinarios, como Microscopía Electrónica y Medicina Nuclear”.
Vale acotar que sus labores desbordaron el campus universitario, siendo con los doctores José Antonio Uzcátegui Burguera y Carlos Edmundo Salas, cofundador de la Maternidad de Mérida, en 1946, cuya sede posteriormente acogerá al Centro de Atención Médica Integral de la Universidad de Los Andes (CAMIULA), según cuenta la Fundación Arquitectura y Ciudad.
Así mismo, fue presidente del Colegio de Médicos de Mérida, miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Médica Venezolana, ministro de Sanidad y Asistencia Social entre 1995 y 1997, y embajador de Venezuela en Rumania, como relata Jabier Portillo en el portal iVenezuela.
Pedro Rincón Gutiérrez falleció el siete de julio de 2004, dejando tras de sí una trayectoria intachable que perdura en el tiempo. Su vida se puede decir que se fundió con la de la ULA, siendo un apasionado por su crecimiento y percusión de la excelencia.
En 2006, al revelarse en la sede del rectorado de la Universidad la estatua de bronce del llamado “Rector de Rectores”, hecha por el escultor Manual de la Fuente Muñoz, el entonces vicerrector académico, Humberto Ruiz Calderón, exclamó:
“La historia de la ULA, ciertamente marca un hito con su gestión, sus muchos años en el rectorado y su magnífica capacidad de trabajo y de desarrollar cosas. Esta universidad no sería la misma si él no hubiera pasado por ella”.