El precandidato presidencial cree que el próximo gobierno debe ser de transición y coalición, abocado a restaurar el Estado de Derecho y el orden constitucional
Por Frontera Viva
Andrés Caleca, economista y político venezolano, es precandidato independiente en las elecciones primarias de la Plataforma Unitaria, a realizarse este domingo 22 de octubre.
El precandidato, es conocido por su función como presidente de la empresa Ferrominera Orinoco en 1993, y por haber sido rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) en 1999. Caleca asegura tener la capacidad para enfrentar los desafíos que supone ser el representante de la oposición venezolana en el actual contexto histórico.
En entrevista concedida a Frontera Viva, el precandidato habló ampliamente de su experiencia al recorrer el país, su plan de gobierno, los escenarios que debe enfrentar la oposición de cara a los comicios presidenciales de 2024, una descripción de la naturaleza del régimen de Nicolás Maduro, y la situación que se vive dentro de la Fuerza Armada Nacional.
Entrevista al precandidato Andrés Caleca:
FV.: Usted fue uno de los primeros dirigentes políticos que empezó a recorrer Venezuela, llevando el mensaje que defendía al voto como la mejor herramienta que tiene el poder ciudadano para generar un cambio en el rumbo político el país. Después de tantos meses, ¿Cuál ha podido notar que es la actitud de los venezolanos de cara a las elecciones primarias?
AC.: Nosotros empezamos a recorrer a Venezuela, más o menos en el año 2021, para incentivar a la participación en las elecciones de gobernadores y alcaldes que había para el momento. Entonces, existía una lucha pacífica, constitucional y electoral que nos llevó a algunos triunfos y a otras vías estratégicas.
El resultado de aquel proceso fue la mezcla entre el llamado a la abstención de buena parte de los partidos políticos de oposición, y la división de los partidos que decidieron sí participar, porque observamos que pese a haber obtenido un mayor número de votos, tuvimos menos gobernadores y alcaldes, algo que no podemos repetir.
Ahora bien, al conversar con la gente, nos hemos percatado que todos tenemos claro que estamos ante un régimen que tiene el poder de las armas de la república, que controla la cúpula de la Fuerza Armada, que ha diseñado un aparato represivo gigantesco, formado, además, en regímenes aliados.
No obstante, manejan de manera delincuencial el erario de la nación, utilizándolo en las mayores operaciones de clientelismo político, pero, además, lo usan para comprar adeptos, para dividir y para amedrentar a la población.
Así mismo, que controlan el Consejos Nacional Electoral (CNE), tanto a nivel de su junta directiva como a toda la burocracia que compone al organismo, creando una especie de sucursal el partido de gobierno.
Pero lo que no tienen, son votos. En la última elección (2021), el Polo Patriótico obtuvo el respaldo de apenas el 16% del padrón electoral venezolano. Frente a esa debilidad, la oposición venezolana debe centrar sus esfuerzos en aprovechar el 90% de rechazo que ahora mismo tiene Nicolás Maduro.
En el contexto actual, intentar convertir esa mayoría en una fuerza de insurrección popular no debe ser una opción porque sencillamente la gente no quiere repetir las experiencias de 2014 y de 2017, que dejó un saldo terrible de venezolanos asesinados, presos, torturados, y exiliados.
Por tanto, sabemos que nadie quiere confrontar al gobierno en el escenario de la fuerza, pero, además, nadie puede. Así, pues, en el único espacio posible donde se le puede derrotar es en la obligación que él tiene de realizar unas elecciones en el 2024.
Por supuesto, ellos podrían simplemente no llamar a elecciones, pero considero que no tienen ni siquiera el respaldo de una Fuerza Armada para tomar una decisión de ese tamaño.
De manera tal, que, lo que se necesita para derrotar a un gobierno de naturaleza autoritaria como el que tenemos, son dos cosas: en primer lugar, una derrota aplastante, y demostrarla creando un padrón electoral lo suficientemente robusto y capacitado para que no quede ninguna mesa electoral sin testigo el día de las elecciones.
Y, en segundo lugar, el avanzar organizados en torno a una propuesta única de cambio.
FV.: Usted acaba de describir la naturaleza del régimen, de la cual dice están conscientes los venezolanos, pero, dentro de esa naturaleza también está la figura de la inhabilitación como herramienta política. Por lo tanto, ¿Cómo va a proceder ante una posible inhabilitación una vez conseguido el triunfo en las elecciones primarias de este 22 de octubre?
AC.: El gobierno, por su naturaleza dictatorial, ha decidido violar el Estado de derecho, imponiendo inhabilitaciones que son totalmente inconstitucionales.
Actualmente esta sentencia política está afectando a dos precandidatos. Pero nosotros, al momento de conformar la Comisión Nacional de Primarias, con sus normas y su estructura, acordamos que los mismos debían poder participar en el proceso, porque en caso contrario se estaría avalando una decisión ilegal.
De manera que, si ganase uno de los candidatos que hoy están inhabilitados, nuestra posición es muy clara, lo tenemos que apoyar, ese fue el compromiso que adquirimos.
Ahora bien, nosotros estamos claros que cualquiera corre el riesgo de ser inhabilitado. Por tanto, en caso que el gobierno use esa medida inconstitucional con el candidato de la unidad, y no dé su brazo a torcer, no aceptando su participación en las elecciones de 2024, pese a haber hecho todos los esfuerzos, pues no tendremos otra alternativa que sustituirlo, y a ese acuerdo se debe llegar también en unidad.
Y en este punto, quiero hacer especial hincapié, debemos ser muy cuidadosos con las decisiones que tomemos porque tenemos frente a nosotros una responsabilidad histórica, si le dejamos el camino libre a Maduro para que gobierne seis años más, este régimen, con un proyecto totalitario muy claro, puede terminar mandando hasta 60 o 70 años.
FV.: En vista que estamos analizando todos los escenarios posibles que se pueden presentar en una situación país tan compleja bajo un régimen, que como usted mismo lo ha descrito “tiene el poder de las armas de la república y un proyecto autoritario”, ¿Qué hacer si ganan las elecciones primarias, y posteriormente las presidenciales, pero no se cuenta con el apoyo de la Fuerza Armada Nacional?
AC.: Nosotros sabemos que la cúpula militar se proclama a sí misma profundamente chavista, revolucionaria, socialista y antimperialista, y una cantidad de otras monsergas. Pero eso es lo que expresan en público, ahora ¿realmente lo creen? ¿Es Padrino López profundamente chavista y antimperialista?
A mí particularmente me luce que no, porque al final ha demostrado ser un siguidor del imperialismo ruso y chino. Además, al ver cómo vive se puede uno dar cuenta que tampoco es para nada socialistas, ni él ni la cúpula encabeza.
Por lo tanto, la fuerza armada es una caja negra, de la que lo único que sabemos es que, independientemente de lo que dicen los altos mandos, hay una familia militar, mucho más numerosa, que vive y padece lo mismo que el resto de los venezolanos.
El teniente o el capitán de cualquier componente gana un sueldo similar al de un profesor, a tal punto, que los superiores les otorgan a los subalternos patentes de corso para que vayan a las alcabalas a matraquear a la gente para poder hacer lo de comer.
Por tanto, unas fuerzas armadas en esas condiciones, no van a salir a las calles a masacrar a los ciudadanos por defender a Maduro, cuando es Maduro justamente quien los ha llevado a esta situación de hambre y de miseria.
Si el país se une y ganamos las elecciones por una diferencia de tres o cuatro millones de votos, créanme, no hay manera de que nos roben el triunfo.
El país debe, por lo tanto, unirse en torno a una alternativa de reconstrucción de la república, de democratización y de progreso, nadie puede contra un pueblo que sale a la calle a defender su voto.
FV.: Precandidato, y dentro de este ejercicio que hemos hecho de adelantarnos a posibles escenarios, ¿Cuáles nos puede señalar que serán los pilares de su plan de gobierno?
AC.: Primero, quiero señalar que ahora mismo yo soy es precandidato presidencial, estoy es buscando convertirme en el candidato de la unidad. Lo que significa, y esto vale para todos lo precandidatos, que quien resulte electo debe presentar el programa de gobierno de la unidad, no su programa particular.
Antes de presentar un plan de gobierno, debemos reunir a todas las fuerzas de la oposición para evaluar si se está de acuerdo o no con las propuestas, porque se supone que se es el candidato que representa a más del 90% del país.
Tenemos que trabajar, además, en atraer a las personas que todavía no se han decidido a votar, o que son chavistas, pero no están con Maduro. Y si salimos con un plan de gobierno donde lo que se propone es freír cabezas, pues sencillamente no vamos a conseguir esos votos.
Tenemos un grupo grande con diversas opciones, y nuestra tarea es agruparlos a todos, llámense liberales, socialdemócratas, socialcristianos, progresistas, etc.
FV.: Y dentro de ese compás de opciones que tienen hoy los venezolanos para votar en las primarias, ¿Cuál es su línea ideológica?
AC.: Yo he sido toda mi vida un socialdemócrata, claro, si en el siglo XXI sirve para algo ser socialdemócrata. Pero, sobre todo, no sé si eso sirve para algo en el contexto que tenemos en Venezuela.
Quiero también señalar, que quien gane la presidencia de la república lo hace para un periodo presidencial. Si es mi caso, no aspiro a ser reelecto jamás, y, es más, una de las cosas que intentaría, desde mi posición como presidente y bajo el marco constitucional, sería impulsar una enmienda que elimine esa figura nefasta de la reelección presidencial indefinida.
Pero, además, quien gane la presidencia tiene que entender que asumirá un periodo de transición, en un país que está destruido, en el que ni siquiera se conoce la magnitud de la tragedia.
Actualmente tenemos un gobierno totalmente opaco, por lo que no hay forma de saber cuánto dinero hay en caja, cuál es la deuda externa que se tiene, no sabemos tampoco quién nos debe dinero. Por ejemplo, se señala que el régimen de Cuba le debe a Venezuela unos 19.000 millones de dólares, ¿Cómo los vamos a cobrar?
Por lo tanto, nos enfrentamos a una tragedia desde todo punto de vista. Así que el próximo gobierno estará muy limitado en su capacidad de acción, por lo que he propuesto concentrarnos en puntos básicos donde todos, sin importar la tendencia ideológica, nos pongamos de acuerdo, porque necesitamos es gobernar en coalición.