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Un informe de inteligencia asegura que un grupo de cazarrecompensas han estado comprando datos para ubicar a los guerrilleros y terroristas Iván Márquez y Gentil Duarte.

El documento al que tuvo acceso El Tiempo señala que Márquez cumplió una semana escondido en el estado Amazonas mientras que el otrora negociador de las FARC en La Habana está decidiendo si brinca a Colombia (por Vichada o Guainía) o si finalmente sale hacia Nicaragua, luego de que le habrían bloqueado su viaje a Cuba.

Se sabe que el mismo comando armado que ubicó a sus lugartenientes les siguen los pasos a Márquez, a Jhon 40 y al Zarco Aldinever, los cabecillas sobrevivientes de esa estructura criminal.

De hecho, los cazarrecompensas también han estado «comprando» datos de la otra disidencia que permanece al otro lado de la frontera: la de Miguel Botache Santillana, Gentil Duarte, y Néstor Gregorio Vera, alias Iván Mordisco.

Los enfrentamientos armados en territorio venezolano de esas dos orillas criminales –la de Márquez y la de Duarte– tienen incómodos a influyentes finqueros y a empresarios a quienes les han ocupado predios, uno de ellos conocido como el Peñadero.

Varios de ellos son cercanos (e incluso socios) de dos poderosos del gobierno a quienes les han llevado quejas: Diosdado Cabello y el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López.

Pero también molestan a sectores del Ejército venezolano, al que los exFARC ya le ha asesinado y secuestrado hombres.

El pariente de Mordisco

De hecho, han puesto sobre el tapete el cobro de «impuestos» que las disidencias les vienen haciendo a los llamados «patriotas cooperantes».

Se trata de empresarios venezolanos a los que extorsionan y a narcotraficantes a los que les cobran un jugoso porcentaje por cada tonelada de cocaína que mueven por los territorios bajo su influencia en los estados de Amazonas y Bolívar.

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Esas prácticas y violencia importada han llevado a un sector del gobierno de Maduro a suministrar datos y coordenadas de los exguerrilleros colombianos a cambio de jugosas sumas que los llamados cazarrecompensas –no más de 20– prometen terminar de pagar con los dineros que los gobiernos de Colombia y de Estados Unidos ofrecen por la ubicación de los miembros de esas disidencias.

El cerco en Venezuela se les está cerrando a tal punto que ya se sabe que un grupo vinculado a las disidencias de Gentil Duarte, incluidos familiares, está planeando salir hacia Irán en los próximos días.

Más información en El Tiempo

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