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Los reportes presentados por organismos internacionales señalan que sí era urgente y necesaria la llegada del auxilio humanitario al país y, que  a pesar de la intensión del régimen de mostrar una realidad inexistente, no quedó otra opción sino permitir la entrada de  alimentos, insumos,  medicinas; además de un capital económico y humano que logre mitigar, en algo, el dolor de quienes sufren y ven vulnerado a diario el derecho a la vida

Por Rosalinda Hernández C.

La negativa del régimen venezolano de permitir el  23 de febrero de 2019, la llegada a través de los puentes internacionales (Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, Unión y Tienditas) de toneladas de ayuda humanitaria, procedente de varios países del mundo, no fue absoluta.

Más allá de provocar una cifra considerable de heridos y un fallecido -33 solo en los puentes, según reporte de la ONG Médicos Unidos por Venezuela- y del terror fomentado en los pasos fronterizos (puente Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander) por parte de funcionarios de seguridad venezolanos y civiles armados; la tentativa de ingresar el auxilio, abre los ojos al mundo sobre la crisis humanitaria que vive el país.

El gobierno de Nicolás Maduro, tampoco es ajeno a esa realidad y a partir de abril de 2019, con la anuencia del régimen, 34 toneladas de ayuda humanitaria entran a Venezuela de la mano del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

El auxilio viene a mitigar las necesidades de una población que enfrenta la peor crisis en materia de salud y alimentación en su historia republicana.

En el transcurso del año 2019, solamente el CICR, realizó tres entregas calculadas en casi 100 toneladas de alimentos, medicamentos y plantas eléctricas.

Esconder la crisis económica, política y social que enfrenta Venezuela, y la necesidad urgente de recibir ayuda humanitaria, llegó al límite. No fue sostenible para Nicolás Maduro y alrededor de 650.000 personas, ha atendido el CICR, en un primer momento,  informó a medios nacionales, Luis Farías director de comunicaciones del organismo.

Otras organizaciones en alianza con la Cruz Roja, también ingresaron al país con el fin de mitigar el hambre y las necesidades de la población venezolana más vulnerable, entre ellas: la iglesia católica, Unicef y la OCHA.

Sin alharaca llegó

El médico venezolano, director de la ONG, Médicos Unidos por Venezuela, en Norte de Santander, Colombia,  Gerardo Vega, quien estuvo atendiendo en los pasos fronterizos el 23 de febrero de 2019, a más de 300 heridos de bala y perdigones, dijo a Frontera Viva que: “poco a poco, sin alharaca, ni alboroto, la ayuda humanitaria ha venido entrando a Venezuela”.

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A través de ONG internacionales, fundaciones, organizaciones católicas y cristianas, precisó Vega ha llegado la ayuda humanitaria a Venezuela.

“No fue en vano el esfuerzo, valió la pena todo lo que se intentó porque finalmente si se llegó a ayudar a muchas personas, la ayuda continúa entrando”, dijo el representante de Médicos Unidos por Venezuela.

Desde julio hasta diciembre de 2019, en el marco del Plan de Respuesta Humanitaria para Venezuela, desarrollado por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 2,3 millones de venezolanos recibieron asistencia humanitaria dentro del país.

Los aportes económicos invertidos por el organismo internacional ascienden a 180,9 millones de dólares dirigidos a acciones de carácter humanitario. Así lo detalla el informe sobre Venezuela, publicado por OCHA, el 17 de febrero de 2020.

En diciembre de 2019, durante el lanzamiento del programa  Panorama Humanitario Global 2020, Venezuela es incluida por vez primera, ante el grave panorama humanitario que enfrenta la población dentro y fuera del país.

Ayuda en cifras

La calificación de Venezuela en el peldaño 42, a nivel mundial,  como uno de los países que requiere ayuda en materia alimentaria de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), es solo una muestra de la imperiosa necesidad que había el pasado 23 de febrero de 2019, de abrir el paso a la ayuda humanitaria.

La realidad inocultable del drama que viven miles de familias venezolanas que no tienen acceso a los alimentos, abre un camino para que la FAO y el gobierno de Maduro, establezcan un convenio con miras al desarrollo y la seguridad alimentaria de los venezolanos por un monto de 3,6 millones de dólares.

La educación de los niños venezolanos ha representado uno de los temas que más preocupa a los organismos internacionales, entre ellos las Naciones Unidas (ONU), quienes junto a otras instituciones de ayuda humanitaria han logrado penetrar en diversos espacios de la geografía nacional y han obtenido avances para beneficiar, garantizar y mejorar el desarrollo de las actividades educativas en Venezuela. 

Más de 306.000 estudiantes, agrupados en 529 centros educativos, lograron iniciar con éxito el año escolar 2019/2020.

Por otro lado cerca de 200 mil personas en condiciones vulnerables tuvieron la oportunidad de acceder al  agua potable, uno de las tragedias más graves que enfrenta la población que no tiene acceso al agua a través de los grifos por espacios de tiempo que superan hasta los seis meses.

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La suma de 177,4 millones de dólares, se recibieron de manera progresiva hasta el mes de diciembre de 2019 para labores humanitarias, de acuerdo al Financial Tracking Service (FTS).  El aporte incluye los fondos movilizados antes y a través del Plan de Respuesta y fondos recibidos por organizaciones como el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

Las Naciones Unidas y los organismos asociados, anunciaron que se requieren la suma de 223 millones de dólares para accionar el Plan de Respuesta Humanitaria en Venezuela (HRP), que busca llegar a una población de 2.6 millones de personas y lograr asistencia de salud, agua, saneamiento e higiene, seguridad alimentaria, nutrición, protección, vivienda, artículos no alimentarios y educación.

Unicef para la infancia

Durante el primer semestre del 2019, Unicef entregó 55 toneladas de insumos para la salud. Los cálculos del organismo refieren que 3,2 millones de niños venezolanos,  uno de cada tres, necesitan atención urgente en el país.

El auxilio humanitario fue entregado en diversos estados de Venezuela, catalogados como los más necesitados: Caracas, Miranda, Zulia, Bolívar y Táchira.

Los aportes incluyeron  botiquines obstétricos, antibióticos y medicamentos para  tratar enfermedades que se creían erradicadas como el paludismo.

La ayuda humanitaria enviada por Unicef a Venezuela, durante el año 2019, asciende a casi 200 toneladas, cifra superior a la que se planteó cruzar a través de la frontera con Colombia.

Se ha proporcionado agua potable a más de 400.000 personas, además del servicio de abastecimiento de agua, El saneamiento e higiene se ha garantizado para 25.300 personas en hospitales, escuelas y espacios de aprendizaje.

La distribución de suplementos a unos 75.000 niños menores de cinco años y tratamiento ambulatorio para la marcada desnutrición que enfrentan la población, llegó a otras 3.500, personas por parte de Unicef.

Las mesas antiparasitarias (4,3 millones), más de 10 millones de dosis de vacunas contra la difteria, el sarampión, paperas,  rubéola, y vacunas contra la fiebre amarilla, se aportaron durante la campaña nacional de inmunización. Los tratamientos para pacientes VIH/Sida, también se han garantizado.

La presencia de Unicef ha sido reforzada cerca de las fronteras con Colombia y Brasil, lugares de tránsito de miles de venezolanos que buscan un alivio a la crisis humanitaria que se viven dentro del país.

Al final del 2019, la Unicef solicitó 70 millones de dólares para aportar soluciones a la población venezolana más vulnerable (niños y mujeres embarazadas). Requerimiento que solo se materializó en un  9% del total de lo requerido.

Para el año 2020, la recaudación necesaria es de 153 millones de dólares para la asistencia de los niños venezolanos. Además de la suma de 64,6 millones para ayuda y asistencia a países que se han visto afectados por la masiva migración de venezolanos, precisó el organismo de ayuda humanitaria.

Las cifras presentadas hablan por sí solas. Demuestran el drama que enfrenta la población venezolana a diario sin lo básico para sobrevivir: agua y alimentos.

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