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El 19 de agosto de 2015 el régimen venezolano decretó el cierre de frontera por 48 horas, sin embargo, terminó convirtiéndose en el cierre fronterizo más largo de la historia entre Venezuela y Colombia.

En el programa “dejaré mi tierra por ti”, el Secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de Santander, Víctor Bautista explicó que en 2015 “vinimos por un cierre de frontera y terminamos confrontando una deportación masiva sin explicaciones, sin argumentaciones”.

“Tuvimos que investigar en los discursos públicos del régimen venezolano qué era lo que estaban planteando y empezar a encontrarle algo de congruencia al tema, algo de lógica porque estaban abandonando la vía diplomática y oficial para comunicarnos que sucedía”.

Hace cinco años el régimen venezolano ordenó a sus efectivos militares deportar a cientos de familias colombianas que vivían en territorio venezolano, algunos bajo el estatus de refugiados.

“Intentamos empezar a confrontar las declaraciones del régimen de Maduro en medios de comunicación frente a las entrevistas a las familias colombianas que estaban siendo deportadas arbitrariamente”.

Deportaciones masivas

“Teníamos que evaluar cuáles eran los argumentos de un cierre de frontera, estaban llegando un grupo grande de deportados no entendíamos cual era la lógica y después al pasar las 48 horas aumentaron los grupos”.

Según relató Bautista, el día que se registraron arbitrariamente las deportaciones él se apersonó a un centro para población adulta en Villa del Rosario donde encontró más de 240 mujeres con sus hijos durmiendo en el piso, mientras sus parejas dormían en la calle esperando ver qué pasaba con su familia.

Estas personas narraron que los militares venezolanos llegaron a marcar sus casas con una X para posteriormente derrumbarlas.

“Comprendimos que la situación era muy grave y exigimos una explicación del cónsul de Venezuela presente en Cúcuta y me desplacé en una comisión al barrio mi pequeña Barinas y a unos barrios en San Antonio y allí pudimos ver que había una zona de pobreza muy grande y obviamente era una zona donde también había contrabando, pero estas personas no eran las bandas criminales que estaba buscando”.

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El secretario destacó que junto con los deportados llegaron a Colombia mil personas que eran pareja de los ciudadanos colombianos y ese país procedió a nacionalizarlos.

“Era muy curiosa que personas de Colombia que iban a buscar protección en Venezuela y habían adquirido un refugio y el régimen y el aparato militar los había expulsado sin corroborar su estatus de refugio”.

Primer año del cierre

“Fracturar una frontera tan activa como es la de Colombia con Venezuela a la altura de Norte de Santander y Táchira es fracturar uno de los lazos transfronterizos más importantes y más tradicionales de todo el hemisferio americano”.

Siempre se ha dicho que esta es una de las fronteras más activas. “No se tenían lastimosamente estudios y cifras exactas, pero apenas se cerró esa frontera que era por 48 horas empezó a transcurrir un año bastante sufrido”.

De acuerdo a Bautista en el primer año del cierre fronterizo se registraron diversos incidentes por parte de la gobernación del estado Táchira, que para ese momento estaba bajo el mando del chavista Vielma Mora, y por parte de la GNB.

Entre los incidentes más relevantes se encuentra la muerte de un operario de una retroexcavadora en la zona limítrofe del área metropolitana.

Bautista reveló, por primera vez, que un soldado venezolano le disparó en la cabeza a un trabajador de 72 años que laboraba para una constructora en Colombia.

Esta información “se mantuvo en secreto por el dolor de la familia”, sin embargo, explicó que por primera vez se logró una disculpa oficial por parte de un general. “Son circunstancias muy difíciles, pero ahí comprendimos que Colombia y Venezuela empezaban a vivir una zanja o un abismo en cuanto a las relaciones entre los dos Estados que no iban a traer muy buenos resultados”.

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El inicio de la crisis migratoria

“Creo que es acertado decir que el 19 de agosto empezó una crisis que no ha parado, que se ha ido complejizando mucho más y que afectó a 22 mil personas iniciales”, esta situación “nosotros la asociamos a la crisis migratoria y de retorno que tenemos desde ese momento”.

El funcionario señaló que, hasta hace cinco meses, más de 1 millón y medio de dólares se generaban por las compras que realizaban los venezolanos en el área metropolitana de Cúcuta.

“El comercio del área metropolitana sigue viviendo, en un gran porcentaje, de la población venezolana”.

En cuanto al contrabando a través de las trochas, Bautista considera que “estamos creando molinos gigantes de la criminalidad que están controlando la frontera”. Esta situación podría mejora al reactivar la economía venezolana, puntualizó el secretario.

Nuevas acciones a tomar

En cuanto a las nuevas acciones a tomar con respecto al tema migratorio, Bautista indicó que es importante tomar en cuenta “el tema de la identificación y la llegada de migrantes a la zona de frontera”.

“Yo sí creo que tiene que haber una identificación, un registro y algún documento que proteja a los venezolanos y en un sistema de información nacional para saber en dónde están”.

Además, considera que “municipios como en Villa del Rosario no puede tener 100 mil habitantes y que 30 o 40 mil venezolanos estén sin servicios públicos”.

Ante esta problemática, expuso que Colombia podría discutir en qué estados deben emplearse cuotas de migrantes que les dé la posibilidad de acceder a la educación, trabajo, servicios básicos y vivienda.

Con esta cuota podría combatir el hacinamiento en el que viven cientos de venezolanos en Colombia.

Prensa Frontera Viva

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