
Más de 15 días lleva la comunidad del barrio Curazao, en San Antonio del Táchira, con un botadero de aguas negras que se extiende por varias cuadras, afectando a decenas de familias. Los vecinos denuncian estar en un estado de desatención, donde todas las responsabilidades recaen en manos del ciudadano de a pie.
Incluso, a escasos metros, la escuela municipal Blanca Argelia Santos Omaña, se ve perjudicada ante los olores nauseabundos, esparcidos por el viento, y que invaden las aulas de clase, ocasionando incomodidades a profesores y alumnos.
Luis Gómez, vocero comunal, lamentó la falta de respuesta oportuna por parte de las autoridades. “Nos hemos dirigido a la alcaldía de Bolívar para conversar con el ingeniero, quien nos ha manifestado que no cuentan con maquinarias para hacer las perforaciones pertinentes. Nos pidió que nos comunicáramos con otro ingeniero para ver si nos colaboraban con la mano de obra”, dijo.

Frente a este escenario, Gómez precisó que los vecinos, mediante su Consejo Comunal, decidieron contratar los servicios de una retroexcavadora, con el propósito de solventar el problema que “tanto daño le hace a la comunidad, específicamente a nuestros niños y ancianos, porque este tipo de contaminación afecta las vías pulmonares y digestivas, y debemos protegerlos”.
“Nos preocupa los niños de la escuela municipal, pues ya son muchos días con este botadero”, manifestó el líder de la zona. “Hasta los momentos, por parte de las autoridades, no hemos recibido una respuesta satisfactoria hacia una problemática que antes era solventada fácilmente”, añadió.
150.000 pesos por hora
Los dueños de la maquinaria privada que contrató la comunidad, cobran aproximadamente 150.000 pesos por hora de trabajo. “Entendiendo los problemas de poder adquisitivo de nuestra gente, estamos viendo de qué manera, con algunas actividades, podemos conseguir el dinero que se requiere para pagar”, recalcó.
Gómez estimó que las labores requieran de cinco a seis horas, lo que representa un gasto de más de medio millón de pesos, una cifra elevada en un país donde el salario integral equivale a 20.000 pesos, de acuerdo con el bolívar a 0.045 en las casas de cambio de La Parada, en Colombia.

“En el pasado era un problema que se solventaba inmediatamente por las alcaldías, pero hoy vemos una situación totalmente adversa a los intereses y bienestar de las comunidades”, enfatizó a modo de colofón.
Jonathan Maldonado, corresponsal de FronteraViva