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Pese a la pandemia de COVID-19, la migración venezolana no se ha detenido durante la emergencia sanitaria. Actualmente, la población más vulnerable es la que se moviliza por las principales carreteras del país hacia otros lugares de la región.

En un principio predominaba la migración de hombres, sin embargo, en los últimos meses las mujeres son las que se movilizan, con niños y abuelas, según el más reciente informe del Centro de Investigaciones Populares y la ONG Cecodap.

María Gabriela Ponce, profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, instó a todas las autoridades e instituciones a atender a esa población que, a su juicio, es la más vulnerable:

“Son procesos que, si no se atienden ahora, pueden ser irreversibles, y allí es donde está el problema, por eso es que las mediciones se centran en eso, no es que no tengamos atención hacia otros grupos poblacionales, pero es que si algo está comprometiendo el futuro del país son precisamente ese tipo de procesos”.

Además, hay un doble flujo migratorio, es decir, algunos venezolanos también están regresando al país debido a la crisis mundial generada por el COVID-19. En el caso de los retornados, el estudio señala que no existen suficientes protocolos de bioseguridad para ingresar al país y abundan denuncias de presuntos discursos discriminatorios, por parte de las autoridades y de grupos irregulares, ubicados en zonas fronterizas.

Con información de la Voz de América

Prensa Frontera Viva

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