En medio de la peor contracción económica en Venezuela, hay grupos que subsisten refugiándose en la venta de oro. Un metal precioso extraído de las profundidades del suelo venezolano y que esconde tras su brillo baños de sangre, deforestación y corrupción.
El equipo de Transparencia Venezuela, pudo constatar que el negocio aurífero sigue controlado por bandas criminales y guerrilleros que operan con total libertad.
La investigación, complementada con reportajes de medios nacionales e internacionales, dejó en evidencia que entre 70% y 90% del oro sale del territorio de manera ilegal.
Solo en 2018 este contrabando representó 2.711 millones de dólares, de acuerdo con la consultora privada Ecoanalítica.