La educación es uno de los pilares esenciales para la formación de un ciudadano y el progreso de una sociedad. Es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por el gobierno de turno. Sin embargo, en Venezuela la educación se ha convertido en una lucha entre la precariedad, la deserción y la continua petición de mejores condiciones laborales para los docentes.
Por Frontera Viva
Las políticas implementadas por el régimen venezolano y la fuerte crisis que afecta al país han obligado a cientos de docentes y alumnos a abandonar las aulas de clases.
Según las declaraciones del director nacional de Fe y Alegría, Manuel Aristorena, entre 2015 y 2021, al menos 166.338 docentes abandonaron su trabajo, dejando un déficit de profesionales de la educación de un 70 %. Asimismo, la encuesta ENCOVI 2022 reveló que, en el último año, 190 mil alumnos desertaron del sistema educativo.
“La educación venezolana ha desmejorado muchísimo”, explicó a Frontera Viva, Teresa Remolina, licenciada en Educación Básica Integral, Msc en Orientación de la conducta y profesora, categoría V, de segundo año de bachillerato.
De acuerdo a la docente venezolana, la educación en el país se ha visto afectada luego de “haber cambiado el currículo básico nacional, haber implementado una educación integral a nivel de bachillerato” y haber reducido la cantidad de materias que se dictaban por año.
Antes se dictaban un promedio de 11 o 12 materias por año, pero estas fueron reducidas y convertidas en una sola área de aprendizaje, afirmó.
“Ya no se ven todos los temas, sino un poquito de cada materia para poder ejecutar el nuevo currículo básico nacional que a leguas ha desmejorado en gran proporción”.
Sueldos de hambre
Uno de los motivos que mantiene a los docentes venezolanos en la calle, desde finales de 2022, es poder acceder a “un sueldo digno”.
“Actualmente mi quincena es de 337 bolívares con un bono de cestaticket de 45 bolívares. En total mi sueldo es de 719 bolívares al mes”.
Este monto, según la más reciente tasa de cambio del Banco Central de Venezuela, representa 28 dólares al mes. Un monto insuficiente para una docente con 18 años de experiencia.
“Mi sueldo solo me alcanza para completar la cena de ese día, para más nada”.
Debido al problema salarial, la educadora y madre de dos hijas, se ha tenido que reinventar con otros trabajos que la ayudan a solventarse económicamente. Al día de hoy labora en un consultorio médico en donde mensualmente recibe 90 dólares como pago.
Con este nuevo trabajo, la profesora busca dividir su tiempo entre la docencia y el consultorio.
“Solamente voy tres veces a la semana al liceo, de 7 a 9 de la mañana y de ahí voy a la clínica hasta las 4 de la tarde. En la clínica trabajo de lunes a viernes”.
Recuerda, cuando inició su carrera como docente, el sueldo le alcanzaba para vivir tranquilamente.
“Cuando estaba empezando y era docente 1, sin años de servicio, el sueldo me alcanzaba para hacer mercado, pagar el alquiler, comprar las medicinas y los pasajes porque yo trabajaba fuera de la ciudad”.
“En un mes podía comprar un televisor o una lavadora nueva, ya eso ahorita no se puede”.
Vocación y protesta
Son incontables las veces que Remolina ha pensado en dejar la docencia y dedicarse a cualquier otra labor que le produzca más ingreso monetario.
No obstante, su vocación no le ha permitido retirarse de la docencia.
“Sí he pensado en dejar la educación, pero es una vocación y no le voy a regalar 18 años de experiencia al gobierno”.
Es por esta razón que Teresa, ha expresado su indignación en las distintas manifestaciones que han organizado los docentes, a nivel nacional, con el fin de exigir mejoras salariales que les permita poder cubrir sus necesidades básicas.
Estas convocatorias esperan llamar la atención de las autoridades competentes para que tomen cartas en el asunto.
“Los sueldos de los docentes son sueldos de hambre y pobreza, con ese sueldo no se puede vivir”. Por eso mismo, “pedimos una reivindicación salarial de más de 400 dólares mensuales”.
Además, solicitamos “una póliza de seguro, servicios funerarios, HCM, que el IPASME funcione, porque a pesar de que nos lo están descontando no funciona como antes”.
En el pasado el IPASME ofrecía exámenes de laboratorios. Sin embargo, este laboratorio se encuentra cerrado, comentó.
“Esos exámenes ya no los hacen, el laboratorio lo cerraron, pero a nosotros nos siguen descontando el IPASME a pesar de que no trabaja como antes”.
Otra de las peticiones que solicita el sector docente, es retomar los beneficios que recibían en años anteriores.
“Ya no nos ofrecen créditos para comprar viviendas, carros, línea blanca, para cosas básicas como una computadora, antes eso lo ofrecía el IPASME a todos los trabajadores del Ministerio de educación, ahora eso tampoco funciona”.
A pesar de las marchas, concentraciones y demás manifestaciones que han realizado, la docente asegura que no han recibido ninguna respuesta.
“A pesar de las manifestaciones que se han hecho en el país la ministra no ha querido reunirse con los sindicatos, siempre inventa una excusa. Nosotros seguimos esperando”.