
El tema de la falta de recursos esta agobiando a las organizaciones de atención y apoyo a los venezolanos en Colombia. De hecho varias de ellas, especialmente las que brindan atención a migrantes y caminantes, se encuentran al borde del colapso como es el caso de la Fundación Dos Tierras, en Bucaramanga cuyas deudas le impiden el pago de alquiler del local, servicios y compra de alimentos para los migrantes y caminantes venezolanos allí atendidos.
¿Y dónde están los recursos internacionales? Empiezan a preguntarse muchas de estas organizaciones coordinadas algunas ellas por venezolanos migrantes que buscan mitigar las necesidades de sus compatriotas.
Alba Pereira, Coordinadora de la Fundación, viene alertando sobre la crítica situación de falta de recursos y una deuda que mantiene en jaque al refugio. Dos Tierras es la instalación de atención humanitaria tipo ONG más importante de Bucaramanga.
Recibe decenas de visitas de funcionarios de organizaciones internacionales de carácter multilateral y privado, es muy conocida porque diversos medios de comunicación y periodistas han destacado su labor humanitaria e incluso ha recibido reconocimiento hasta de la OEA. Sin embargo esto no ha sido suficiente para garantizar el apoyo constante a la labor de la Fundación.
“No tenemos dinero para pagar arriendo, agua, gas, compra de verduras, pan para desayunos. Estamos a punto de colapso. Ya logramos pagar lo demás pero no tenemos más recursos. A nosotros nos ha visitado todo el mundo y ven la necesidad, pero nada de recursos”, señala Pereira al describir su situación. Considera que esto es injusto con la Fundación dado, especialmente, el carácter voluntario de la labor que en “Dos Tierras” están desarrollando.
En la misma línea opinan los miembros de la Red de Ayuda Humanitaria, que reúne a los 14 refugios que atienden caminantes venezolanos, con alimentación, pernocta y atención primaria, en la ruta Cúcuta-Bucaramanga.
Desde hace meses vienen alertando sobre la crisis de recursos y la magnitud del desafío, que viven a diario, al atender a una población promedio de mil 600 personas por día. Para tener una idea: solamente en el refugio de Vanessa en Pamplona se sirvieron 362 almuerzos a caminantes en un día.
José Luis Muñoz, quien ha sido activo en medios y en contactos para denunciar la crisis presupuestaria de los refugios buscando llamar la atención del gobierno colombiano, organismos de ayuda humanitaria internacional, de políticos venezolanos y comunidades de acogida, no deja de expresar su frustración ante la poca respuesta: “Lo curioso es que a pesar de saber del trabajo de los albergues no llegan las ayudas para sostenimiento”.
¿Dónde están los reales?
En una alerta a la comunidad, la Unión de Trabajadores venezolanos y Colombo- Venezolanos, Capitulo Colombia, UTRAVEN, a través de su presidente Antonio Gómez, publicó un comunicado sumándose las voces de denuncia sobre la falta de apoyo y crisis presupuestaria que están viviendo la mayoría de las organizaciones que prestan apoyo a venezolanos a lo largo de Colombia.
Pero va más allá. “Hemos notado con preocupación que se han asignado recursos a organizaciones multilaterales internacionales, nacionales, organizaciones no venezolanas o sin lazos con venezolanos, quienes, para poder ejecutar proyectos, en su mayoría, recurren a las organizaciones venezolanas para poder llevar a buen término su trabajo, sin que haya la debida contraprestación por servicios prestados”.
Es decir, UTRAVEN señala que mientras organizaciones diversas reciben apoyo en recursos sobre el tema venezolano, las que están poniendo la cara a la brisa (refugios, casas de paso, fundaciones, etc. dirigidas por venezolanos) se encuentran en crisis precisamente por la falta de los mismos.
Gómez indica que “las organizaciones venezolanas somos las que estamos atendiendo directamente la migración, conocemos de primera mano las necesidades y cómo deben ser atendidas. Por ello los fondos para la atención, se pudieran ver en riesgo si muchas medidas se convierten en inejecutables en la práctica, al no haber organizaciones venezolanas que hagan el debido acompañamiento”.
Exige UTRAVEN que los fondos internacionales destinados al tratamiento del tema migratorio en Colombia también se dirijan a fortalecer y sostener las organizaciones venezolanas. “Por otra parte habiendo tantos profesionales venezolanos en el exterior, subempleados o desempleados, cabe conocer cuántos están trabajando en las organizaciones que están captando los recursos. Nos parece oportuno proponer que sean contratados para atender la migración de sus connacionales”.
Mientras esto ocurre Alba, Vanessa, José Luis y otros tanto valiosos voluntarios, al igual que los caminantes que atienden, no saben hoy cómo pagar las cuentas y sobrevivir un día más. (Alans Peralta)