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En medio de la crisis que se vive en el mundo, a causa de la pandemia de covid-19, un nuevo reto llegó a la vida de familias migrantes venezolanas que viven en Colombia: adaptarse a las nuevas tecnologías para continuar con el proceso educativo de sus hijos.

Familia Moreno Yanez, migrantes venezolanos en Colombia

Un desafío que también encaran ciudadanos colombianos, desde el momento en que inició la cuarentena obligatoria en dicho país. Tanto educadores como estudiantes, han tenido que utilizar herramientas digitales para continuar las clases académicas en colegios y universidades.

Para Icsa Yanez, migrante venezolana y madre de Josnier Moreno, estudiante de un colegio público ubicado en Bosa, Bogotá, hacer las tareas virtuales que los profesores envían es difícil porque no tienen un computador en casa ni acceso a internet. Esto, explican, ha dificultado la participación de su hijo en las clases virtuales.

“Josnier solamente hace las guías que le manda su profesor por medio de WhatsApp. A veces son demasiadas guías y debemos ayudarlo con los videos y las fotos, hacemos lo que podemos. Sin embargo, ha sabido desenvolverse en sus actividades y los profesores han entendido nuestra situación”, dijo Yanez a la Voz de América.

Sin Internet, no hay virtualidad

“Lo más difícil ahora es que Josnier no tiene un computador para realizar las actividades y participar. Vivimos haciendo recargas para el celular de 5.000, 8.000, hasta 10.000 pesos. Tenemos que recargar el teléfono para usar WhatsApp. Los videos de YouTube y las reuniones de videollamadas acaban los datos antes de que termine la clase”, comenta Yanez.

Nidia Solórzano Peña, docente del Distrito en Colombia, asegura: “He tenido dificultades de comunicación durante esta pandemia con familias venezolanas porque tienen muy difícil acceso a los medios tecnológicos. Y, a pesar de que son pocos los casos, se ven. Lo hemos hecho a través de llamadas que les he realizado y, aunque pueden buscar una conexión wifi, tienen teléfonos que no permiten hacer videollamadas porque piden actualizaciones no disponibles para esos equipos”.

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Así lo confirma la familia Yanez Moreno, quienes no cuentan con un teléfono celular que sea compatible con aplicaciones como Skype, Zoom, Google Meet, entre otras, para estar en videollamadas o descargar actividades desde plataformas robustas.

Cada reto deja una enseñanza

“He aprendido muchas cosas nuevas, a pesar de que no tengo computador. Eso también ha hecho que busque otras opciones para estudiar. Además, estando en la casa nos reunimos más con mi familia y eso es bueno”, dice Josnier Moreno, hijo de Icsa Yanez.

Icsa Yanez considera preocupante que las clases virtuales se prolonguen, aunque entiende que es por el bienestar de todos.

“Algunos tenemos muchas limitaciones al acceder a lo digital, no es igual virtual que ir a clase presencial”, concluye esta madre y migrante venezolana.

Información de Voz de América

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