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Este próximo sábado 13 de mayo, Ediciones Frontera Viva presentará al público su más reciente trabajo titulado El Poder de Reírse. El evento tendrá lugar en la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero de Cúcuta, capital de Norte de Santander, Colombia.

La presentación estará a cargo del editor en jefe, sociólogo Tulio Hernández, y el periodista Alans Peralta, quienes introducirán al público por las cuartillas de este trabajo que recopila caricaturas emblemáticas de los distinguidos artistas Rayma, Edo, Weil, Pinilla y Almarzaale.

El humor siempre ha sido parte de la esencia que compone el acervo del venezolano. Su genialidad en torno a esta herramienta le ha servido para resistir y combatir los embates de regímenes militaristas que le han gobernado a lo largo de la historia.

Conociendo estas facultades, El Poder de Reírse viene a demostrar que más allá de su función de instrumento para la crítica y el desahogo, el humor a través de la caricatura, es una forma de arte que también sirve para mantener viva la memoria y la esperanza en torno a una visión de país que rompe con la opresión.

Para conocer más a profundidad sobre este libro, Frontera Viva conversó con su editor, el sociólogo venezolano Tulio Hernández, quien además ofrece una mirada acerca de por qué los regímenes totalitarios han demostrado sentir pavor por la crítica a través de la caricatura.

  • ¿De dónde surge la idea de crear este libro a base de caricaturas con una temática de crítica política al régimen chavista que ha gobernado el país durante estas últimas dos décadas?

La idea primogénita surge de recordar que ha habido un gran trabajo humorístico en el mundo durante estos últimos años para denunciar la transición de la democracia al autoritarismo.

Eso nos condujo a investigar e ir recogiendo la producción nacional e internacional que existe en torno al tema, la cual constan de una reconocible calidad.

Una vez introducidos en este proceso, decidimos centrarnos en la temática venezolana, y para ello nos ayudó Yesenia Camacho, egresada del máster de políticas públicas culturales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien funge como investigadora de este proyecto.

Con ella fuimos encontrando que los trabajos con mayor difusión en las redes, debido a su calidad, eran los de artistas como Rayma, Almar Zaale, Edo, Pinilla y Weil.

Junto a ellos realizamos más detalladamente la selección de las caricaturas, además, mediante entrevistas logramos conocer la manera en cómo conciben su estilo, coincidiendo estos en que realizan una mezcla extraordinaria de arte con editorialismo político.

Vale acotar, que también se incorporó a Ricardo del Búfalo, un conocido comediante y comunicador que maneja una reflexión teórica muy importante sobre el papel que desempeña el humor y la caricatura en la sociedad.

Una vez teniendo este material, Gisella Viloria, editora gráfica venezolana, fue la encargada de su diagramación.

  • ¿Por qué cree que existe un choque tan fuerte del autoritarismo contra el humor?
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Porque el humor, y más puntualmente, la caricatura, tiene la facultad de mostrar con una síntesis extrema, en un aparente acto inofensivo, aquello que está más descompuesto, quedando expuesta con claridad una situación de perjuicio, ya sea en torno a un gobierno, un pensamiento fanático o una ideología totalitaria.

El humor al hacer su crítica y exponer la realidad desde una perspectiva que bien se podría decir que es risueña, aparentemente inocua, termina siendo lo más contundente y peligroso para cualquier régimen arbitrario.

Incluso, viene a mi memoria una anécdota que le escuché al doctor Ramón J. Velázquez, en la cual señalaba que Gómez solía decir que él no perdía el sueño por los extensos artículos que en contra suya escribían los considerados intelectuales, sino que le molestaban los chistes en los que se le involucraba, porque eran estos los que quedaban en la mente del colectivo.

Esta historia puede servir de prueba de la actitud corrosiva que tiene el humor sobre el poder. En el libro, Rayma lo explica al señalar que “trabajar con la caricatura es decir cosas en profundidad con trazos simples”.

La capacidad de síntesis y de conexión con el inconsciente es lo que hace que el humor tenga una gran capacidad como editorial político.

  • ¿Considera que el humor tuvo un papel protagónico en la era democrática?

Por supuesto, en las democracias el humor forma parte de los mecanismos de crítica social necesarios para mantener el poder dentro de sus límites. En cambio, en los regímenes autoritarios el humor es perseguido, basta con revisar que actualmente en los medios venezolanos no existen programas de esta índole.

De los cinco autores de este libro, cuatro tuvieron que dejar Venezuela porque fueron perseguidos directamente por el régimen o porque no encontraron medios de comunicación dispuestos a ofrecerles un espacio por temor a represalias.

Durante la época democrática el humor fue tratado con respeto, no existiendo medidas desde el Estado para censurarlo. Con la llegada de Hugo Chávez al poder esto fue cambiando. Por ejemplo, Rayma cuenta cómo fue despedida del diario El Universal, y todo su trabajo borrado de los archivos, atentando así contra la memoria y el patrimonio artístico del país.

Por lo tanto, el pensamiento autoritario, el militarismo, no soporta el humor por esa conexión, que como bien señaló Sigmund Freud, consigue establecer con el inconsciente de los ciudadanos.

  • Teniendo esto en consideración, ¿cuál es el propósito que se han trazado con la edición de este libro?
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Yo creo que este libro, primero, es un homenaje a una generación de caricaturistas que prácticamente desarrollaron su profesión bajo un régimen totalitario, y que, aun así, tuvieron la habilidad para convertirse en referencias, manejando leguajes visuales y estilos personales que son novedosos.

En segundo lugar, tiene el propósito de mantener viva la memoria de una época, pudiéndose recorrer la historia política de estos últimos 24 años a través de caricaturas.

Y como tercero, considero que es un libro, curiosamente, hecho pensado en su trascendencia histórica, lo digo porque dentro de unos diez o quince años será una referencia que podrán utilizar investigadores, educadores, analistas, o cualquier persona que quiera ver cómo un grupo de artistas venezolanos, con una posición social crítica ante los abusos del poder, consiguió enfrentarlo por medio de un lenguaje de trazos cuya característica es la brevedad, la síntesis y la precisión.

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