El pasado 14 de marzo, se conmemoraron más 80 años desde que fue fundada en Antímano, Cervecería Polar C.A., un emprendimiento que ha pasado a convertirse en emblema de un país.
Para conocer sus inicios, hay que remontarse a la década de 1920, cuando un joven Lorenzo Alejandro Mendoza Fleury, recién egresado como abogado de la Universidad Central de Venezuela, empieza a trabajar para la empresa Mendoza & Cía. C.A., a través de la firma Escritorio Travieso.
Lorenzo, junto a su hermano Juan Simón, se irá empapando en los negocios que lleva a cabo la empresa de su familia, la cual se abocaba a la fabricación de velas y jabones.
Como el espíritu empresarial no descansa, ambos Mendoza buscaron extender sus negocios, ya fuese a través de la compra de terrenos en espacios cercanos al área metropolitana de la capital, o a través de incursionar en la importación de vehículos y electrodomésticos, como menciona Alfonso Díaz en el artículo Breve Historia de Empresas Polar.
Esta agitada labor diaria que consistía en buscar posibles espacios del mercado no atendidos, fue justamente lo que llevó a Lorenzo Mendoza Fleury a abrir el 14 de marzo de 1941 una planta cervecera en Antímano, al oeste de Caracas.
Antes de su incursión en el negocio, la producción industrial de cerveza en el país había sido impulsada por separado en distintas ciudades. Así es como surgió, por ejemplo, Cervecería Nacional, instalada en Caracas (1893), Cervecería de Maracaibo y Cervecería de Puerto Cabello y Valencia (1897), o la Cervecería Venezolana de Maiquetía (1912).
Frente a esta ebullición de cervecerías, el empresario venezolano lanzó al mercado Cerveza Polar, un producto que prometía cumplir con las expectativas del consumidor.
Pero pese al entusiasmo, Polar no consiguió el flujo de ventas propuesto, lo que llevó a la empresa a buscar reinventarse lo más rápido posible para volverse competitiva.
Fue esta la razón por la que se decidió, según se lee en la historia ofrecida por la misma empresa en su portal web, publicar en los periódicos de la época, un aviso para contratar a un maestro cervecero.
Sería entonces cuando Carlos Roubicek, un checoslovaco de origen judío se integró a las labores de preparación de la bebida fabricada en la Planta de Antímano.
Roubicek había migrado a Latinoamérica en 1937, y llegado a Venezuela en 1943, y con apenas 26 años ya poseía buenas referencias por sus conocimientos en el rubro.
Vale acotar que a la postre, este ciudadano fue fundador y directivo de la Asociación de Maestros Cerveceros de las Américas, distrito Venezuela (1958).
Las recomendaciones ofrecidas por el checoslovaco dieron pie a adoptar una nueva fórmula, que comenta Eleazar Calanche en Carlos Roubicek: ingeniería de alimentos, “remplazaba así el 20% de la cebada malteada con copos de maíz (también conocidos como chips de cerveza) y agregando más dióxido de carbono”.
El nuevo sabor de la bebida satisfizo el paladar del consumidor, pero ello no fue suficiente para garantizar su posicionamiento en el mercado.
Para conseguir consolidarse, los hermanos Mendoza Fleury, junto a hombres como Augusto y Ramón Gallardo, Antonio Aldazoro, y otros ejecutivos con los que trabajaron en Mendoza & Cía. C.A., empezaron a idear estrategias y a arriesgar capital en publicidad, distribución y otros negocios que se relacionaban de manera indirecta con la empresa.
Justamente el proceso de reinvención permanente, como la incorporación de la fabricación de malta, fue lo que le permitió a la empresa expandirse, abriendo su segunda planta en 1948, ubicada en Barcelona, estado Anzoátegui, de allí a Maracaibo, Estado Zulia y a San Joaquín, estado Carabobo (1960), hasta concretar una red de producción, distribución y comercialización en todo el país.
Las ganancias obtenidas no hicieron que la familia Mendoza Fleury se sintiera cómoda y bajase la guardia, sino que contrariamente, les impulsó a emprender en otras áreas.
Es así como, por ejemplo, según describe el Diccionario de Historia de Venezuela de Fundación Empresas Polar, en 1954 abren la Refinadora de Maíz Venezolana C.A., Productos de Maíz S.A. en 1960 y Procría S.A. en 1967, entre muchas más.
De Refinería de Maíz Venezolana (REMAVENCA), es de donde proviene la marca Productos Alimenticios Nacionales (PAN), que es actualmente reconocida a nivel nacional e internacional.
La empresa es ahora una de las más fuertes del país, con 30 plantas a lo ancho de la geografía nacional. Y fuera de esta, cuenta con instalaciones en Colombia y Estados Unidos.
Sus más de 40 productos ofertados en el mercado, van desde la cerveza, pasando por los yogures y los alimentos para animales, hasta, por supuesto, el jabón.