Victor Peña Moret – Desde New York

Central Park. Foto cortesía: Angie Castells.

Volverá la primavera

y la tierra se cubrirá de sueños

Homero Belandria

Nadie puede detener la primavera… Los venezolanos estamos celebrando en New York que volvió la primavera, que las flores han regresado, vuelven a nacer y el verdor de los árboles nos recuerda al trópico.  La primavera está en la alegría de ver el sol, en respirar la esperanza  que tenemos todos los newyorkinos y en especial nosotros los migrantes venezolanos de pasar esta prueba gigantesca de una pandemia,  y recuperar nuestras rutinas de trabajo, la convivencia, el compartir. La primavera ha significado el primer paseo por la ciudad, para redescubrir la ciudad con el cuidado que exige la situación y poder estar por un corto tiempo  fuera de casa luego de pasar cincuenta días de cuarentena en el encierro por aislamiento preventivo… Salir en primavera fue vivir  ese primer día la felicidad de saber que sobrevivimos el invierno y que seguimos viviendo. Que estamos libres y vivos.

Desde New York puedo decirles que las muertes y contagios del covid19 bajan en algunos momentos, y eso indica que hay una opción, una posibilidad de que ese índice comience a descender, a pesar de haber pasado una de las peores catástrofes en la historia de esta gran ciudad, con más de 30.000 fallecidos. También que nuestras vidas siguen y que de esta prueba saldremos más fuertes que nunca, aprendiendo a valorar lo esencial, lo básico, lo importante. Entiendo más que la vida es un eterno retorno.

En New York en plena cuarentena, el desempleo y la depresión atacan con más dureza a los migrantes venezolanos, mientras en Suramérica muchos caminan por las carreteras para volver a Casa, a nuestra patria, y otros luchan por un trabajo, por tener que comer. La ciudad vive un momento único en su historia, una situación de cuarentena que  la población cumple atemorizada y sufre la amenaza del contagio, tanto como la amenaza de la hambruna por el desempleo y la paralización de la vida citadina, como consecuencia de esta medida. Y aunque existen muchas organizaciones y voluntariados de ayudas sociales, ONG’s como “Voces Latinas“, que regalan comida y colaboran con la planificación familiar, la emergencia por la necesidad de los migrantes es inmensa. 

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New York es solidaria, es una sociedad que afronta este momento evolucionando, ayudando y auxiliando a los que más lo necesitan. El desempleo ataca con mayor dureza a los migrantes, que ante el cierre de la vida comercial  no tienen trabajo y entonces sin  ingresos no pueden ni siquiera cubrir sus gastos diarios de alimentación. El hambre hace que el éxodo retorne. Han elegido volver así sea  para morir en nuestra Venezuela, en su tierra junto a su familia. Los que seguimos como emigrantes  por sobre todas las dificultades trabajamos, inventamos y creamos. Los más necesitados se concentran en conseguir como resolver cada día el tener algo que comer. Pero por sobre todas las dificultades, los venezolanos en New York nos estamos reinventando para sobrevivir, explorando nuestras capacidades  y  recreándonos para ser más creativos que nunca.

Flores en New York. Foto cortesía: Angie Castells.

La primavera está aquí. Ha vuelto con sus flores, con el verde de los prados y  la luz del sol, iluminándolo todo, calentado, abrigando, aunque el verdadero calor esté en la pantalla al hablar con nuestras familias. Los árboles que veo desde la ventana anuncian la llegada de la primavera, como la anuncian también las aves migratorias que vuelven.  En esta primavera, pareciera que las flores invaden NewYork City con mayor intensidad… Salgo a caminar al Central Park o al Prospect Park y veo los tulipanes: son increíbles, hermosamente increíbles!  En primavera todo me recuerda a Venezuela con  su eterna primavera en sus  árboles, en sus flores y flores, y sobre todo en sus orquídeas, y la orquídea nuestra flor nacional, que llamamos Flor de Mayo.

El sol de la primavera nos trae vida:  vitaminas, vitamina D, ánimo y alegría para todos. Salimos de casa aún con algo de miedo, no tenemos otra opción. Estar en el tren y el bus es agobiante ante el riesgo de contagio, pero la Ciudad, New York City siempre me muestra algo nuevo y hoy en especial me trae recuerdos: Recuerdo la felicidad de tantos años en nuestra Venezuela, en  las regiones equinocciales viendo la naturaleza. Los recuerdos de nuestra tierra venezolana están en cada parque que veo.

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Pensar todos los días en el conflicto de mi país y ser fuerte es una constante. Hay que seguir adelante. Como el invierno terminó, esto también terminará. Siempre termina. La primavera vuelve, ha vuelto. Siempre volverá con la fuerza de su luz, sus flores, su alegría. La primavera siempre volverá para que podamos abrazar el más dulce de los pinos… Ha llegado la primavera a New a York y viendo la ciudad florecer recuerdo el poema de mi compatriota Homero Belandría…

Y volverá la primavera

y de la noche a la mañana

la tierra se cubrirá de sueños

Yo

El que a diario observo el nacimiento y muerte de los astros

en actitud de entrega

daré un fuerte abrazo al más dulce de los pinos

y como verde vegetal continuaré confundido con la naturaleza

Quien quiera encontrarme ha de buscarme ahí:

En el corazón de la rosa

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