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Sofos de Mileto

¿A qué nos referimos con calidad de vida?

La Real Academia Española otorga a la expresión palabra calidad el significado de ser el conjunto de condiciones que contribuyen a hacer la vida agradable, digna y valiosa. Esto lleva a pensar que calidad de vida es el conjunto de propiedades que, sea en el grado que sea, son inherentes al hecho diferencial de lo humano. Es decir, el conjunto de todo aquello que le es propio al ser humano como tal ser; aquello que es propio de la condición de vida humana. Por lo tanto, y de acuerdo a esta definición, una mejor calidad de vida implica una presencia activa y elevada, en cantidad y en calidad, de las propiedades intrínsecamente humanas.

Y, ¿qué le es propio y diferencial al ser humano?

Cuando nos referimos al hecho diferencial de lo humano, es hablar de comunicación (no necesariamente el lenguaje oral), es ser actor de la propia existencia y del contexto en el que se existe; es hablar de capacidad para regular a otros seres humanos y aceptar ser regulado por ellos; es hablar de autogobierno, de capacidades de elección y decisión; es hablar de una construcción social y cultural de las personas; es hablar de flexibilidad de acción y pensamiento (frente a la rigidez de acción de otras especies); es hablar de que para construir la vida personal es necesaria la interacción social (solo se es humano a través de lo humano y entre humanos); es hablar de una emoción compartida, de sentimientos específicos socialmente dirigidos, de una percepción humanamente orientada, de una motivación e interés por lo humano, un magnetismo vital hacia el congénere; es hablar de conciencia, de una conciencia fomentada desde el principio de la vida por las demás conciencias; es hablar de espiritualidad, de símbolos compartidos, de ideas creadoras, de responsabilidades y derechos social y culturalmente regulados y construidos.

Los investigadores Schalock y Verdugo, en el 2007, definieron la calidad de vida de un individuo como “(…) un estado deseado de bienestar personal compuesto por varias dimensiones centrales que están influenciadas por factores personales y ambientales. Estas dimensiones centrales son iguales para todas las personas, pero pueden variar individualmente en la importancia y valor que se les atribuye. La evaluación de las dimensiones está basada en indicadores que son sensibles a la cultura y al contexto en que se aplica.”

Dimensiones de la calidad de vida

Son 8 las dimensiones que tales investigadores señalan como componentes de la calidad de vida. Veámoslos en detalle.

1.- Bienestar emocional (BE). Hace referencia a sentirse tranquilo, seguro, sin agobios, no estar nervioso. Aquí se hace importante aumentar la seguridad, permitir la espiritualidad, proporcionar feedback positivo, mantener el nivel de medicación lo más bajo posible, reducir el estrés, promocionar el éxito y promocionar estabilidad, seguridad y ambientes predecibles.

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2.- Relaciones interpersonales (RI). Significa relacionarse con distintas personas, tener amigos y llevarse bien con la gente (vecinos, compañeros, etc.). Con esta dimensión se busca permitir la intimidad, permitir el afecto, apoyar a la familia, fomentar interacciones, promover amistades y proporcionar apoyos.

3.- Bienestar material (BM). Implica tener suficiente dinero para comprar lo que se necesita y se desea disponer, tener una vivienda y lugar de trabajo adecuados. Las metas son, entre otras, permitir la propiedad, defender la seguridad financiera, asegurar ambientes seguros, empleo con apoyo y fomentar posesiones.

5.- Desarrollo personal (DP). Se refiere a la posibilidad de aprender distintas cosas, tener conocimientos y realizarse personalmente. El propósito es proporcionar educación y habilitación/rehabilitación, enseñar y adquirir habilidades funcionales, proporcionar actividades profesionales y no profesionales, participar en actividades útiles y utilizar tecnología aumentativa.

6.- Bienestar físico (BF). Comprende tener buena salud, sentirse en buena forma física, tener hábitos de alimentación saludables. Se pretende con esta dimensión asegurar el cuidado de la salud, maximizar la movilidad, apoyar oportunidades para el recreo y tiempo libre significativos, promover la nutrición apropiada, apoyar actividades de vida diaria y promover el bienestar poniendo énfasis en el ajuste.

7.- Autodeterminación (AU). Indica decidir por sí mismo y tener oportunidad de elegir las cosas que uno quiere, cómo quiere que sea su vida, su trabajo, su tiempo libre, el lugar donde vive, las personas con las que está. La intención es propender la toma propia de decisiones, favorecer el control personal y ayudar en el desarrollo de metas personales. Aquí se tiene en consideración que el crecimiento personal tiene lugar cuando se es actor o agente del propio desarrollo y no mero espectador del mismo. 

8.- Inclusión social (IS). Traduce ir a lugares de la ciudad o del barrio donde van otras personas y participar en sus actividades como uno más. Sentirse miembro de la sociedad, sentirse integrado, contar con el apoyo de otras personas. Lo ideal en esta dimensión es conectar con redes de apoyo, promover funciones de rol y estilos de vida, fomentar ambientes normalizados e integrados, proporcionar oportunidades para la integración y participación en la comunidad, apoyar el voluntariado.

9.- Derechos (DE). Denota ser considerado, igual que el resto de la gente, que le traten igual, que respeten su forma de ser, opiniones, deseos, intimidad, derechos. Tiene que ver con la privacidad, elección, acceso a derechos y libertades reconocidos a la población general. Aquí, en esta dimensión, se promueven acciones para fomentar el voto, reducir barreras (y no solo las físicas sino también las psicológicas y las sociales), proporcionar procesos justos, fomentar y respetar la propiedad y fomentar las responsabilidades cívicas.

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Calidad de vida en la República

En la época de la República, a pesar de las falencias que pudiera mostrar el Estado Constitucional, los venezolanos disfrutábamos de todos estos indicadores que definen la Calidad de Vida. Teníamos buenas instituciones de salud pública y privada, comprábamos con un salario suficiente un buen mercado con el que llenábamos el carrito full del supermercado; viajábamos por todo el país y disfrutábamos al máximo de sus llanuras, montañas, playas, ríos; hacíamos el fin de semana parrilladas mixta de buena carne, pollo, cochino,  chorizo, guasacaca y queso ahumado; no existía limitación de vuelos para tomar cualquier destino en el mundo, y no éramos mal vistos ni discriminados por nadie; comprábamos carro nuevo, de agencia, prácticamente cada año; las reuniones de cumpleaños, bodas, bautizos, primeras comuniones o por cualquier motivo estaban repletas de nuestros amigos, con comida y bebida en abundancia; estudiábamos en las mejores universidades del país y hasta un buen profesional obtenía una beca para hacer su postgrado en las más prestigiosas universidades de Estados Unidos o Europa; nuestras casas estaban como tacita de oro, pintadas todas las navidades, y decoradas con múltiples adornos a la espera, toda la familia, del nacimiento del Niño Jesús en el pesebre que nosotros mismos hacíamos. Esto es solo para colocar algunos ejemplos de cómo el venezolano no tenía mucho de qué quejarse de la supuesta pérfida y demonizada IV República.

Estado Comunal y calidad de vida: mutuamente excluyentes

Pero ahora nos vienen imponiendo gradualmente, con un plan inducido e intencional, malévolo en sí, un inventado Estado Comunal. Nos aseguran que con sus leyes ya aprobadas y por aprobarse viviremos los venezolanos “la suprema felicidad social, con la práctica de los valores del socialismo revolucionario bolivariano”. Todos los índices mundiales que miden los diferentes indicadores de bienestar, de progreso, de respeto a los derechos, de riqueza material, de calidad de vida, colocan a Venezuela en el último lugar. De tal manera que es evidente, sin discusión alguna, que con el Estado Comunal no hay ninguna posibilidad de construir y mantener una vida agradable, digna y valiosa, que nos permita desarrollarnos con todas las dimensiones propias del ser humano. Estado Comunal y calidad de vida son totalmente excluyentes. Con lo único que es compatible semejante engendro legislativo y modo de vida es con la miseria y la ruina. Si movemos la conciencia ciudadana de manera masiva y se planifican de manera unificada estrategias de acciones no violentas, pero efectivas, para no dejarnos imponer semejante atropello, podemos seguramente alcanzar la calidad de vida que nos merecemos los venezolanos de bien.

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