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La línea limítrofe que separa al venezolano estado Táchira con Colombia, se han convertido en el foco de atención nacional e internacional, no solo por ser el paso casi obligado de millones de inmigrantes que buscan a través de los puentes internacionales, una salida a la crisis que vive el país. Las constantes acciones violentas generadas en la zona, lo convierten en territorio “de terror” para algunos. Mientras que otros aseguran que está “en paz y liberado”

Por Rosalinda Hernández C.

“Cachú” , Jefe de los nombrados grupos colectivos en la frontera.

San Antonio del Táchira, la puerta de entrada y salida del país por el occidente venezolano, con el devenir del tiempo y en medio de la crisis política, económica y social que atraviesa Venezuela, ha mutado.

De ser uno de los principales puertos terrestres y comerciales de Latinoamérica, se convirtió en una población dividida, temerosa, violenta y con grandes problemas sociales, comentan los habitantes.

Pero también viven allí quienes aplauden los avances alcanzados en la frontera venezolana luego de la llegada de “hombres y mujeres buenos”, así lo explicó para Frontera Viva, el jefe de los nombrados grupos colectivos, quien prefiere que lo llamen “Cachú”, y no dar a conocer su nombre.

Zona Sur de San Antonio donde operan los colectivos.

La cabeza visible de los colectivos en la frontera, tiene 30 años, se identifica como representante de la juventud comunista y dice ser “marxista-leninista, pero no chavista”.

Relató que tiene estudios como Técnico en Criminalística, egresado de la Escuela Judicial de Criminalística y Ciencias Forenses de Colombia, además de Licenciado en Ciencias Gerenciales de la Universidad Bolivariana de Venezuela.

Sus ideas claras y amplio currículo, no cambia la percepción que tienen algunos habitantes de San Antonio sobre él.

Cuando se pregunta por “Cachú”, la gente voltea la mirada, cambia de tema, guarda silencio y hasta maldicen. Es un personaje apreciado y aplaudido por algunos, pero también despreciado y temido por otros. 

“A los colectivos los han satanizado de una manera que usted ni imagina, igual que a los círculos bolivarianos. La derecha va a satanizar todo lo que sea de izquierda”, responde “Cachú”, a los que discrepan de sus ideas

Recordó que los grupos colectivos en Venezuela tienen 76 años personificados en la juventud comunista. Mientras que a San Antonio del Táchira llegaron hace cuatro años, acción que justificada en medio de una época “muy difícil” que se vivió en la zona.

“El paramilitarismo se asentó en nuestra frontera. El narcotráfico estaba a flor de piel y cuando los antivalores de la prostitución, extorsión y los robos tocaban el máximo nivel, un equipo mujeres y hombres de la frontera nos dieron su voto, su apoyo”.

Cachú: “No luchamos con armas pero si nos toca lo haríamos porque la defensa de la soberanía es intransferible y como jóvenes marxistas leninistas lo entendemos”.

Al hacer un análisis de lo que era San Antonio, seis años atrás –dice- y se observa lo que el pueblo tiene en la piel y en la mente, se van a encontrar las cicatrices de los asesinatos, robos y todo lo que sucedía, comentó el líder de los colectivos.

En la zona convergen varios grupos, -explicó- entre ellos los colectivos Tama, Che Guevara, Tres Raíces, Cayetano Redondo, Ezequiel Zamora, entre otros.

“Estamos nosotros, la juventud comunista. También están los colectivos que se ubican en las cordilleras de las trochas, allí hay dos grupos activos, trabajando puntualmente. Hay otros colectivos que son diferentes, son bastante mayores”.

Admitió que existen malas copias de colectivos y han llegado a convertir la acción en algo que esta de moda y no es así, es una organización.

“No luchamos con armas pero si nos toca lo haríamos porque la defensa de la soberanía es intransferible y como jóvenes marxistas leninistas lo entendemos”.

En los colectivos lo que hay es lucha de ideas, aseguró.

Están armados

Más allá de disparar o de pedir cédulas en supuestas alcabalas improvisadas que han sido denunciadas por los habitantes de San Antonio y Ureña, o marcar viviendas de  dirigentes opositores, el abanderado de los colectivos, afirmó que “no le disparamos al pueblo (…) se lo digo con mucha responsabilidad. Pero si hay que usar cosas que sean necesarias, se usarán, como nuestros equipos de responsabilidad”.

Ante los señalamientos hechos por los pobladores de la frontera, quienes los acusan de recorrer calles y avenidas, portando armas de alto calibre, “Cachú”, sale al paso y lo confirma. 

“Si la incertidumbre es saber si nosotros estamos armados, si estamos armados, apertrechados y fuertemente armados porque del otro lado tenemos la irresponsabilidad de un Estado colombiano, amangualado con el gobierno Norteamericano, con las mafias del narcotráfico y el paramilitarismo. Lo mínimo que tenemos que hacer es   ayudarnos los hombres y mujeres buenos de Venezuela”.

Harán frente, “hoy mañana y siempre” a cualquier acción que se considere una amenaza a la soberanía nacional y estarán alertas hasta que se demuestre que no hay nada de maldad en la frontera, advirtió.

Sus acciones los llevan a ubicarse no solo en la línea limítrofe con Colombia, también ocupan el casco central de San Antonio y cualquier zona donde sea necesaria su presencia, detalló.

“Estamos en el casco central y donde sea necesario enfrentarlos. A veces se han identificado a estas mafias, (narcotráfico y paramilitarismo) se las hemos entregado a la fuerza pública, hacemos lo necesario por eso vemos un pueblo sano, cordial y niños con esperanzas”, señaló Cachú.

Zona Sur de San Antonio donde operan los colectivos y está liberadas a su disposición.

Colombia: el enemigo

Al otro lado de la frontera el imperialismo, planea “macabras” ideas, según el jefe de los grupos colectivos.

“Colombia es el hervidero del paramilitarismo. Vimos un 23 de febrero en el puente internacional Simón Bolívar unos marines norteamericanos y  unos pobres muchachos que estaban ahí producto de una mentira que se la creyeron”.

Admitió que el 23 de febrero de 2019, cuando se intentó cruzar desde Colombia por los puentes internacionales, Simón Bolívar, Tienditas y Francisco de Paula Santander, toneladas de ayuda humanitaria a Venezuela, los colectivos defendieron la frontera.

“Quedaron vídeo de eso y un millón de cosas que demuestran que defendimos la frontera. Por eso fue que aquí en San Antonio y en Tienditas no pasó nada”, resaltó orgulloso.

Acusó a agrupaciones políticas de oposición que hacen vida en la frontera, de haberlos marcado, estigmatizado y expuesto a la palestra pública.

Para el jefe de los colectivos, muchas de las personas que participaron en las señaladas acciones, no son culpables, “son parte de un discurso mentiroso, aunado a las irresponsabilidades del Estado venezolano, ante las deudas sociales que hay pendientes”.

Zona Sur de San Antonio del Táchira.

Territorio liberado

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Buena parte del municipio Bolívar, -dice Cachú-,  se convierte a pasos acelerados en una zona liberada y de “transformaciones inmensurables”.

Pedro María Ureña, apenas se está organizando en 2019, “allá ya tenemos colectivos. Recuerde que por más de 20 años hubo un flagelo y nosotros tenemos pocas hora reconstruyendo”.

Trabajar como jueces de paz en las comunidades fronterizas, es otra de las acciones que adelantan los grupos colectivos.

“Se busca que los vecinos no se peleen, solucionar las dificultades de buena manera, se previenen los robos y las violaciones a los derechos humanos”.

Hay gente que comete errores, botan la basura donde no deben, hacen cosas malas, argumentó.

Citó como ejemplo a un hijo que golpeaba a la mamá, “se detuvo a esta persona, se le puso un correctivo para que entendiera que no hay que pegarle a los padres y luego se pasó al CICPC, donde la madre puso la denuncia formal”.

Situaciones que atender hay miles, -dijo- se trabaja a diario con padres que violan a las hijas, niños en situación de calle, abandonados o los han asesinado.

No se trata de imponer un modo de vida, ni de autoritarismo, son lineamientos nacionales establecidos en las estructuras del consejo comunal, allí se especifica, en las funciones de las vocerías de seguridad de los consejos comunales, explicó.

Apuesta a lo informal

Liberar espacios públicos, limpiar y mejorar las condiciones son otras de las tareas que señalan estar cumpliendo los colectivos en la frontera.

“Jugamos al desarrollo humano y no al desarrollo del capital”, comentó el jefe de los grupos colectivos al explicar que el corredor vial de la avenida Venezuela, que conduce al puente internacional Simón Bolívar, fue liberado del caos y mejorado por ellos.

“Era  anarquía, ahora todo el mundo está censado, los trabajadores organizados con identificación respectiva. Lo hicimos, no la jugamos por la economía informal”, reveló.

Han entregado propuestas a la administración del alcalde del municipio Bolívar, William Gómez, en donde se contempla la creación de la Dirección para la Economía Informal, no solo del municipio Bolívar, sino de la frontera.

“Los trabajadores informales organizados, sectorizados, entienden que así como ellos devengan algo deben contribuir con la limpieza de los espacios que ocupan, pagar a la alcaldía y estos recursos son invertidos en obras, asfaltado e iluminación”, precisó.

 “Zona sur”

La ahora conocida zona sur, en el municipio Bolívar comprende la parte alta de San Antonio del Táchira, específicamente el sector de Llano Jorge, donde los colectivos fronterizos indican estar haciendo un buen trabajo.

“La zona sur se ha visto de menos a más a pasos agigantados”, afirmó “Cachú”.

El mejoramiento del sector se ha logrado de la mano con el poder popular, juventud comunista y colectivos, -dijo- además del pueblo organizado en 12 consejos comunales que tienen brigadas de seguridad, deportivas y culturales.  

El trabajo de la zona sur también se ve replicado, -agregó-  en las comunas, Mi pequeña Barinas, Che Guevara, Ezequiel Zamora y se extiende a El Palotal,  los barrios 5 de Julio, Colinas, Pinto Salinas, J.J. Mora y Bolivariano.

“No hemos venido ganando terreno, hemos venido concientizando al pueblo que es muy diferente a ganar un terreno”.

Para el representante de los colectivos la zona sur nace para impulsar el sentido de pertenencia en las comunidades y evitar que “actores bélicos extranjeros”, transmuten en la frontera venezolana.

Plaza de la zona Sur de San Antonio adornada por la comunidad y los colectivos.

De visita en la zona

Frontera Viva, visitó la emblemática “Zona Sur” a tres kilómetros de San Antonio. Representantes del medio fueron escoltados por dos miembros de los grupos colectivos que acompañaron el recorrido.

Al lugar se llega luego de pasar por dos puntos de control custodiados por la Guardia Nacional, Policía del Táchira y Policía Nacional Bolivariana, extendidos desde una avenida que pasa por el urbanismo Libertadores de América, hasta la entrada del sector “El Saladito”.

En el trayecto a cada lado de la angosta carretera, muy cercanos a los cuerpos de seguridad, conviven un conglomerado de hombres y mujeres de distintas edades, llaman la atención de los transeúntes, se acercan a los vehículos que circulan para para ofrecer compra por la gasolina.

El tráfico vehicular es masivo en la zona. Se movilizan vehículos de todo tipo, camionetas, camiones, motos y autos pequeños que en algunos casos circulan a alta velocidad, como en el caso de un Chevrolet Optra, color negro sin placas de identificación, ocupado por hombres que a todo carrera adelantó a los demás autos durante la visita.

“Es la guerrilla”, advirtió uno de los colectivos acompañantes al recorrido.

Una vez se arribó a la comunidad, el ambiente navideño de la bienvenida. Adornos luminosos cubren los espacios comunes de la localidad de 10.000 habitantes aproximadamente.

Las calles son limpias, no hay basura amontonada en ningún lugar. Locales comerciales, en su mayoría de venta de alimentos, conforman la vía principal. También vendedores informales sacan sus productos y los exhiben en las aceras: zapatos, ropa, víveres, gasolina, leña y demás son vendidos en pesos colombianos, igual que la gasolina.

Al consultarle a uno de los integrantes de los colectivos sobre la venta de gasolina en la zona, afirmó que cada quien podía hacer con el combustible del vehículo lo que mejor le pareciera.

“La oposición también hace cosas malas, con esto no le estoy diciendo que nosotros las hagamos”, agregó al comentario.

Los pobladores de Llano Jorge, se han identificado con la revolución, en las elecciones de diciembre de 2018, cuando se eligieron concejales, el partido oficialista se alzó en la zona.

Durante la caminata, Frontera Viva, quiso conocer en voz de los pobladores las experiencias y cambios positivos que se comenta ha experimentado en la “Zona Sur”, pocos accedieron a hablar.

“Ellos han actuado porque cuando se le pedía colaboración a la Guardia Nacional o a la policía, no hacían nada. Había ausencia de los cuerpos de seguridad. Estos grupos nacen a partir de esto y con ellos se vive bien”.

Raúl Sanguino, miembro del psuv y director de la Unidad Educativa Llano de Jorge.

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Raúl Sanguino, director de la Unidad Educativa Llano de Jorge.

Uno de ellos fue Raúl Sanguino, director de la Unidad Educativa Llano de Jorge, quien tiene siete años viviendo en el lugar y aseguró que la situación ha cambiado mucho.

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“Aquí se concentraban los llamados paracos y llegó otro grupo y los sacó (…) a esa gente los han ido sacando los colectivos y esto ha mejorado”.

El docente que reconoce ser adepto del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), dijo que desde la conformación de los consejos comunales, el sector se transformó en una comuna y se ha trabajado muy bien.

“Los paracos cobraban vacuna a los habitantes de Llano Jorge. Uno no sabía en ese tiempo ni con quien hablaba, no se distinguía cual era el bueno y quien era el malo”.

Justificó la actuación de los grupos que conviven en la zona, ante la ausencia o incompetencia de los organismos de seguridad del Estado.

“Ellos han actuado porque cuando se le pedía colaboración a la Guardia Nacional o a la policía, no hacían nada. Había ausencia de los cuerpos de seguridad. Estos grupos nacen a partir de esto y con ellos se vive bien”, afirmó.

Llano de Jorge ha crecido mucho, dice el director de la escuela local. La vida es más tranquila que en San Antonio.

“La gente cada vez busca más cupos para que los niños estudien aquí, la capacidad de la escuela no da para tantos. Actualmente hay 489 estudiantes en dos turnos y esto sobrepasa la cuota que se debe cumplir”.

Personas que han llegado a la frontera procedente del centro del país, buscando una mejor calidad de  vida, optan por alquilar viviendas en la zona.

Arelis Pérez tiene tres años de haber llegado con la familia a Llano Jorge. Es oriunda del estado Lara y vende calzado para dama en un espacio de la calle cercano a la plaza de la localidad.

“Es mejor vivir aquí que en el centro del país. Aquí uno consigue para el sustento diario, hay más tranquilidad. En la noche puedo salir a caminar con este teléfono inteligente, lo puedo sacar sin temor a que me lo quiten”.

Por su parte, Gerardo Soto, colombiano nacionalizado que llegó a la zona en 1980. Coincide con los vecinos en la tranquilidad que siente al vivir allí.

“Se ha progresado, tenemos siembras de cilantro, yuca, pimentón, todo eso se ha logrado en zonas donde antes no había sino cañales”.

En Llano de Jorge, igual que en todo el municipio  Bolívar y el estado Táchira, el funcionamiento de los servicios públicos es deficiente, no hay internet de Cantv, se presentan recurrentes fallas eléctricas y el suministro de agua potable es irregular, a pesar de tener un acueducto propio.  

“No estábamos acostumbrados a ver a nadie, aparte de los organismos de seguridad portando armas largas, es por eso que
estas personas (colectivos) nos aterran”, Milena García habitante de San Antonio.

“Estamos secuestrado”

No todos los habitantes del municipio Bolívar coinciden en que la zona se ha trasformado en un lugar de paz y bienestar. Al contrario, temerosos y pidiendo no ser identificados contaron que en realidad, “estamos secuestrados por los grupos irregulares”, en San Antonio.

No se puede decir nada que vaya en contra de estas personas, añade José, habitante de la población que pidió resguardo de su identidad.

Relató que en fechas específicas se organizan caravanas y a quienes trabajan como moto taxistas los obligan a participar. “No se puede decir que aquí tenemos la libertad de elegir porque no es así, nos obligan a salir”.

Acusan a los grupos colectivos de recorrer las calles  de las poblaciones de frontera (San Antoni- Ureña) portando cualquier tipo de armamento y de amedrantar a los ciudadanos.

“No estábamos acostumbrados a ver a nadie, aparte de los organismos de seguridad portando armas largas, es por eso que estas personas (colectivos) nos aterran”, indicó Milena, otra habitante de San Antonio.

Los problemas con los servicios públicos (gas, agua, luz, internet) son graves y las comunidades no se atreven a salir a protestar por los derechos porque son señalados y amenazados, comentó la mujer con evidente nerviosísimo.

“Las casas de las personas que han salido a protestar han sido marcadas, solo por salir a reclamar los derechos que tenemos los venezolanos contemplados en la constitución”.

Reclutas y desapariciones

Más de 200 personas provenientes del centro y oriente de Venezuela que al verse sin recursos para mantener a sus familias, son llevadas a lugares específicos para recibir adiestramiento militar, denunció Néstor, otro vecino de la fronteriza población de San Antonio del Táchira.

“Tenemos presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y no es un secreto. Está situación es resguardada y silenciada por los organismos de seguridad presentes en la zona que no actúan y por el contrario les van cediendo espacios a los irregulares”.

Donde habían puntos de control del Estado, -señaló Néstor-  ya no lo están haciendo los funcionarios de seguridad, en su lugar se encuentran personas particulares que nadie sabe ni quiénes son y menos que buscan.

Es falso, que la gente actúa por su propia voluntad para hacer actividades, lo que se está haciendo es obligando al pueblo, a través del amedrentamiento a pintar casas, calles, recoger la basura, entre otras cosas, precisó el vecino de San Antonio.

“Hago responsable de todo lo que sucede al alcalde del municipio Bolívar, William Gómez porque no ha tomado acciones para frenar la situación. No ha hecho ninguna denuncia en los organismos de derechos humanos y él es responsable de lo que aquí sucede. El alcalde es escoltado por estas personas (colectivos) que hacen estragos en el pueblo”, denunció.

De acuerdo al habitante de la frontera, en la zona han habido desapariciones, homicidios, “en una semana hubo más de ocho asesinatos, personas que aparecieron en las trochas y nadie dijo nada”.

Cierto o no un grupo de habitantes de la frontera, aseguran que San Antonio no es una población feliz, está sumisa, humillada y no hay tranquilidad.

La pregunta es ¿dónde están la Guardia Nacional, el Ejército venezolano, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), la policía regional y nacional?, se está viviendo en medio de un estado terrorista y no hay quien lo detenga, sentenció Nestor.

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