La sonda espacial Perseverance de la NASA – el vehículo de exploración extraterrestre jamás construido- está a punto de aterrizar en Marte tras casi 7 meses de viaje.
El éxito o fracaso del “peligroso aterrizaje” va a depender de los siete minutos que pasarán entre la llegada del vehículo a la fina atmósfera marciana y la superficie de ese planeta, lapso que ha sido bautizado como los “siete minutos de terror”.
Si Perseverance aterriza con éxito será el primer aterrizaje en el planeta rojo desde Curiosity en 2012 y el resultado se conocerá en escasos minutos. Si sale mal, el silencio hablará por sí mismo.
La sonda realizará el aterrizaje en un área “peligrosa”: el cráter Jezero, que se cree fue el lecho de lago y por tanto sería rico en microorganismos fósiles.
El objetivo principal de la misión es buscar rastros de vida. Si este viaje hubiese sucedido hace 3.500 millones de años, el Perseverance estaría a punto de aterrizar en medio de un lago alimentado por un río que arrastra sedimento, pues así se piensa que era el cráter Jezero —de unos 45 kilómetros de diámetro— en aquella época, cuando Marte era un planeta azul como la Tierra.
Se sabe que en este gemelo helado de nuestro planeta se dieron las condiciones básicas para que surgiese la vida y fue justo en aquella época cuando en nuestro planeta comenzaron a surgir los primeros microbios, probablemente en lagos, ríos o mares.
Con información de El País y Antena 3
Prensa Frontera Viva