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Los indígenas piaroa de la comunidad uwüttoja señalaron haber sido amenazados por las disidencias de las FARC para que permitan el paso de guerrilleros y mineros, hacia las zonas del oro 

Sebastiana Barráez @SebastianaB

Ustedes saben que esas personas (los guerrilleros) están ahí, todos lo saben”, les dicen los indígenas al General (GNB) Wolmar Ramón Guevara Sotillo, a quien le pide dialogar con la guerrilla. El alto oficial llegó después del incidente, entre indígenas y disidencias de las FARC, en el punto El Súpiro, en el fronterizo estado Amazonas. El hecho revela, que los indígenas tienen puestos de control, donde su Guardia Territorial cobra y regulariza el acceso hacia las minas del cerro Yapacana. Y muchísimo más grave, es la presencia de la guerrilla colombiana, con sentido de propiedad, en el territorio venezolano; hace dos años SOS Orinoco denunció que ahí hace vida el Frente Acacio Medina al mando de alias JJ.

SOS Orinoco, una ONG, que se encarga de la investigación y apoyo de activistas y profesionales para documentar y visibilizar la problemática de la AmazoniaOrinoquia y la Guayana venezolana, publica un video, en el que destaca que “Se cree que la guerrilla quiere el control de toda la zona, ya les han dicho que los piaroa les deben la vida a ellos. Esto es una amenaza de muerte”.

Eso fue a propósito que los indígenas piaroa de la comunidad uwüttoja, ubicada en caño Pendare, cuenca del Sipapo, estado Amazonas, señalaron haber sido amenazados por las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que permitan el paso, de guerrilleros y mineros, hacia las zonas del oro.

Los indígenas dicen que el territorio les pertenece y colocaron una cadena que atraviesa el río, lo que ha causado enfrentamientos verbales con mineros y guerrilleros; la Guardia Territorial, es una figura legal que le permite a los indígenas custodiar sus territorios, pero no portan armas, más allá de la capacidad de disuasión, aunque casi siempre deben enfrentarse a hombres armados de los grupos irregulares.

En el incidente del 23 de abril resultó herido Edison Cabano Rodríguez, según publicó la periodista Carolina Azavache, destacando que en el informe médico se indicó que tiene “herida por arma de fuego en el hipocondrio derecho”. Un tercer herido sería trasladado hasta Puerto Inirída, en el departamento del Guanía en Colombia.

Población indígena se movilizó ante el incidente con las disidencias de las FARC

El también periodista Edgar Guajo, reportó la asamblea del domingo 24 de abril, entre funcionarios de la Guardia Nacional y los líderes de la Guardia Territorial para impulsar la investigación de lo sucedido, crear una comisión mixta para la seguridad ciudadana y darles figura legal a los puntos de control indígena.

Los puntos

Sobre el incidente, en el punto de control Súpiro, el 23 de abril, la profesora Erika Belsabeth De Olivero Lima publicó que “dos hermanos indígenas de la comunidad Cupaven fueron heridos en las riberas del río Orinoco por el grupo FARC”, destacando que personas presentes en el lugar del hecho informaron que el incidente ocurrió en horas de la mañana.

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Esos mismos testigos dan cuenta que la guerrilla de las FARC movilizaba nueve embarcaciones por el río, pretendiendo no pagar el paso hacia los sectores mineros, resultando un herido; más tarde se diría que fueron tres, quienes llegaron al ambulatorio María Garrido de Puesto Ayacucho, capital del estado Amazonas.

El río Orinoco es el paso de disputa entre las disidencias de las FARC y los piaroas

“También pudimos conocer que los líderes indígenas, junto a funcionarios de la GNB, se trasladaron para el lugar de los hechos con intención de detener esas embarcaciones. ¿Señores autoridades hay que esperar que muera alguien para actuar?”.

La profesora quien habita en San Fernando de Atabapo dijo que, el 24 de abril, en una aeronave militar, llegó un general de la Guardia Nacional Bolivariana (General Wolmar Ramón Guevara Sotillo) a hacer un recorrido por los municipios. “Desconocía el tema de lo que estaba pasando con relación al tiroteo y los heridos por las riberas del río Orinoco. El pueblo exigió que el general acompañara a los líderes de puntos a conciliar con los actores del conflicto”.

Lamentó que “nuestras autoridades militares no tengan ni un motor disponible para las emergencias, ni combustible, ni personal. Eso sí es extraño”, a la vez que destacó en sus redes sociales que “muchos grupos se movilizaron hacia las pirañas (embarcaciones con motor) colombianas pidiendo apoyo, porque según ellos informan que los militares venezolanos no les quieren prestar las colaboraciones pertinentes”, acotó finalmente.

Al Hospital María Garrido llevaron a uno de los indígenas heridos.

Bomba de tiempo

La reacción a lo manifestado por la profesora De Olivero no se hizo esperar, muchas de ellas con fuertes críticas, por una parte, a la acción de la guerrilla y otra por el cobro que hacen los comités indígenas en los puntos.

Johnny Rafael Mendoza: “¿dónde está la plata que le quitan ellos a los barcos que suben? No sigan alcahueteando a esos sinvergüenzas de comités indígenas. Ahora defiendes a esos malandros de los puntos que hasta a ti te han caído a piedra”.

Rómulo Fernández: “es una lástima que nuestro gobernador no se haya pronunciado al respecto. Los puntos deben eliminarse, porque es una bomba de tiempo el enfrentamiento entre los comerciantes y los supuestos dueños del río Orinoco; la gente se cansa de que los roben”.

Nesmar Arvelo: “Ahora los puntos buscando apoyo con la GNB y con los militares colombianos. ¿No son arrec… con arco y flecha? Son malandros, que vaya y enfrenten su peo. Se hacen las víctimas, son una cuerda de flojos”.

Freddy Camico: “¿Cómo la Fuerza Armada venezolana va a actuar a favor del pueblo civil o pueblos indígenas, si ellos están al servicio de esos grupos irregulares? La FANB los custodia y son informante de ellos, de cualquier comisión que pueda subir. Para nadie es un secreto que estos grupos irregulares o disidentes actúan o patrullan, en conjunto con las fuerzas militares en la zona minera, cobrando vacuna a la vista de todo el mundo. Estos grupos son compinche de los militares, más bien ellos los proveen de alimentos y bebidas, incluso hasta forman grandes rumbas”.

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Angilismar Estrada: “¿Qué tanto apoyo busca de los militares? ¿Ustedes no son arrec…? Dicen que los guardias no mandan, que ustedes son dueños y señores del río. Cuando los botes pagan están felices, pero se montaron mal con esa gente. La Guardia no tiene gasolina ni motor, ustedes tienen eso gracias a los que transitan por ahí. Ustedes sirven para pedir no más”.

Adriana Vivas Bueno: “Eso lo que da es tristeza. Les paso para que vean que plomo es plomo. Hasta niños hay en esos puntos y las autoridades bien gracias. Imagínate si les hubieran lanzado una granada a ese punto. No estoy de acuerdo que un venezolano se aproveche de otro venezolano que le está echando bola en los ríos y que le tenga que dar la mitad, porque si no te amarran, como le paso a mi prima Marga. Es hora o será que les quedo grande sacar del cerro Yapacana a todos esos flojos y sacar a la gente de Colombia, comenzando por los paramilitares y compañía”.

Miguel Eduardo Calle: “Se mal acostumbraron a robar a los comerciantes y ahora que alguien no se aguantó y les reviró, corren como niñas, dando quejas, pero no cuentan la otra versión, que en esos puntos ellos son groseros, atrevidos, ladrones porque saquean como muertos de hambre a las personas que sí trabajan. Se atreven a maltratar a venezolanos o colombianos, incluso mujeres que intentan buscar una forma de trabajar y son tan atrevidos que las quieren bajar de las embarcaciones y humillarlas para accederlas, violarlas en su intimidad”.

La minería

El Gobernador del estado Amazonas, Miguel Tadeo Leonardo Rodríguez en un escrito que titula “La razón de la violencia” afirma que “uno de los problemas centrales de nuestro estado Amazonas es la existencia de la actividad minera, no desde ahora, sino desde hace más de 40 años” y se declara un impulsador del debate descarnado sobre “qué hacer con la minería en Amazonas, entendiendo el daño ambiental, el impacto social negativo y también que una parte de la población indígena y no indígena vive de esta actividad”.

“Es oportuno agregar, que buena parte de la riqueza extraída, se va para otros países y es utilizada para su desarrollo, mientras que a nosotros nos quedan los conflictos, la confrontación, las enfermedades, la descomposición social, moral y no haber logrado hacer de San Fernando de Atabapo una ciudad en el corazón de Amazonas”.

El cerro Yapacana en foto de SOS Orinoco.

Explica que de ahí surge “la situación de violencia que está ocurriendo en el tramo fluvial que va hacia el Yapacana en el municipio Atabapo, que dejó tres heridos, y dónde por fortuna, no hay muertes que lamentar”. Insiste en que la propuesta está en el Plan de desarrollo Nueva Amazonas.

Tomada de Infobae

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