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José Ramón Bentancourt, es un venezolano que reside en Inglaterra, es oriundo de “Guaraunos”, población cercana a Carúpano. Es un joven con una gran capacidad de ayuda a los demás; desde las personas que están en Venezuela hasta los que se encuentran en Inglaterra. Entre sus metas están: Desarrollar un canal de YouTube y hacer un plan turístico en Mochima-Venezuela, y todo lo recaudado, invertirlo en el desarrollo de su pueblo.

Bentancourt, es un gran emprendedor, que no sólo lleva baile a los demás a través de sus clases de Zumba con su empresa “Latin Fun Machine”, sino  también contagia de alegría y contribuye a que los asistentes, en su mayoría europeos, cambien sus preocupaciones por júbilo.  

En Frontera Viva, al enterarnos de la generosidad de José Ramón, lo entrevistamos; él sueña con modificar la realidad de Guaraunos. También, este ejemplar venezolano, llevó esperanza a familias venezolanas de escasos recursos económicos residentes en Londres, a través de cenas navideñas, el pasado 24 de diciembre.

¿Cuáles son tus metas y por qué las quieres alcanzar?

Quiero desarrollar un canal de YouTube y hacer un plan turístico en Mochima-Venezuela y las ganancias que se obtengan de allí, invertirlas en el desarrollo de mi pueblo.

Cuando estaba pequeño quise recibir clases de música y danza y no fue posible. En Guaraunos, no existía un lugar para prepararse y años después tampoco. Entonces, me gustaría que esos José Ramón que están allá, ósea, los niños de mi pueblo, tengan la oportunidad de tener clases de lo que deseen y que puedan prepararse. ¡Espero lograr estas dos metas de cinco a diez años!

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Desde que te conozco, has dejado muy claro el amor que sientes por tu pueblo, cuéntanos sobre el programa de alimentación de los sábados

Sí, los sábados, tenemos “La Olla Comunitaria”, donde las señoras del pueblo se reúnen para cocinar y luego hacen llegar la comida a las personas de la tercera edad.

Conozco a estas señoras, pertenecen a la Iglesia Católica y todo lo que hacen lo desempeñan con gran alegría y amor al prójimo.

Todas las semanas nos hacen llegar a través del grupo de WhatsApp, fotografías y vídeos de todo el proceso y entre todos nos damos ánimo y tenemos presente el impacto que se tiene con este proyecto.

¿Cómo obtienes los fondos económicos para “La Olla Comunitaria”?

Afortunadamente, cuento con un grupo de personas, quienes depositan $5 mensuales, destinados a la compra de los productos alimenticios. Agradezco a cada uno de ellos por su generosidad.

Se entiende que yo me sienta preocupado por mi gente, pero entre los colaboradores, hay personas de otros lugares y admiro mucho esa generosidad y esa preocupación por mi gente.

Voluntarios del proyecto “La Olla Comunitaria” llevando la comida a los hogares

¿Qué te motivó a contactar a  esas familias venezolanas que le llevaste la cena navideña?

En mi primer año en Inglaterra, no tenía con quien pasar mis Navidades, ni tenía dinero. Me acuerdo que una señora peruana, muy amable ella, me invitó a su casa y me dijo que podía dar una botella de procecco, pero llegué a su residencia sin nada, le dije que lo había olvidado, la realidad era que no podía comprarla.

Después de tantos años, sigo sintiendo el compromiso de ayudar a los demás. Así que un día, escribí en la página de Facebook de Venenin, preguntando si conocían a venezolanos con problemas económicos que se le dificultara adquirir la cena navideña; finalmente aparecieron catorce familias.

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¿Quién te ayudó?

Pese que estamos en situación de pandemia, conté con parte de mis amigos. Norman de “Mordiscos”, empresa de comida venezolana por delivery, quien donó la ensalada; Ivette, quien hizo los panes de jamón y repartió conmigo las cenas, así como Johan que nos ayudó a llevar algunos menús en el este de Londres.

Yo me encargué de hacer las hallacas… Eran las 2:00 am del 24 de diciembre y yo seguía en la cocina de mi casa y me preguntaba qué estaba haciendo, mientras, me daba alegría pensar en las sonrisas de las personas.

Al llegar a las casas cantaba: “¡Tun, tun! ¿quién es?” y los venezolanos, seguidamente, se unían al coro.

José Ramón, desea seguir con el proyecto de llevar una cena navideña venezolana a quien lo necesite y por este tiempo de pandemia, seguramente, hará otras actividades caritativas.

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