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Sofos de Mileto

Hay pueblos, aldeas, comarcas, que parecen haberse detenido en el tiempo, conservando los legados de los ancestros, preservando su cultura primigenia, y ofreciendo la amabilidad de sus gentes y las costumbres que le dan fisonomía propia. Uno de ellos está enclavado en lo alto del Parque Nacional Sierra Nevada de Mérida, en Venezuela. Hablamos de Los Nevados, población fundada en 1591.

A unos 2.710 msnm está ubicado este pintoresco lugar que regala tiempos para desconectarse con la vida agitada de las ciudades, y que caracteriza esos pueblos pintorescos que posee Venezuela. Desciende del pico El Toro, a la orilla del río Nuestra Señora, y forma parte de los grandes atractivos de esas estribaciones altas de la cordillera andina merideña. Esta ancestral población fue el hogar de los indígenas mirripuy -creadores de la leyenda de Caribay y las cinco águilas blancas-, que dejaron su cultura y estilo de vida plasmados en cada rincón de este mágico lugar de los andes venezolanos, en los andenes o terrazas de siembra, así como en el camino empedrado que conduce hasta el pueblo y en las técnicas de construcción todavía vigentes en la aldea.

Por su favorable ubicación geográfica se admira las grandes montañas verdosas que envuelve esta localidad. Los Nevados tiene un clima promedio entre 3 °C a 12 °C en invierno, pero el estar rodeado de montañas hace que sea muy fresco en verano, cuando las temperaturas oscilan entre 19 °C a 24 °C.

Existen dos formas usuales de llegar al pueblo: 1) La primera es a través de auto rústico. En la Plaza Las Heroínas de Mérida se toma el transporte que, en 4 a 5 horas de camino, por una carretera con muchas curvas, pendientes retadoras, mitad asfaltada y mitad de tierra, ponen a prueba la adrenalina y espíritu aventurero; 2) La segunda opción es tomar el Sistema Teleférico, ubicado también en La Plaza Las Heroínas de Mérida, hasta la tercera estación, conocida como Loma Redonda y de ahí se puede partir en bestia 4 horas o caminando 6 horas por la montaña. Concretamente, se sube en mula o a pie hasta la divisoria de agua, detrás del pico El Toro, para emprender el largo descenso por el antiguo camino empedrado hasta el poblado.  En las afueras del teleférico se encuentran los baqueanos de Los Nevados, esperando por personas que quieran visitar su terruño; son personas muy amables y lo que cobran bien vale la experiencia.

El pueblo posee una única y corta calle, con casas antiguas a cada lado, paredes de bahareque, anchos aleros y techo de tejas. Dada la cantidad de turistas extranjeros que lo visitan todo el año, varias viviendas han sido remodeladas y transformadas en posadas.

En Los Nevados se tienen las opciones de salir a recorrer los alrededores, dar un paseo a caballo, tomar las fotos más espectaculares, visitar a los vecinos, por lo general muy amables. El domingo toda la gente va a misa, una buena oportunidad para conocer a sus moradores.

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También se puede comer en alguna de las posadas, bodeguitas y mini restaurantes improvisados ​​por sus habitantes. Las recomendaciones incluyen la sopa de habas frescas, que ellos mismos cultivan, y las arepas de trigo, riquísimas. No faltan los platos típicos como la pizca, pan criollo, hervido de gallina y dulces de higo, duraznos, papaya, cabello de ángel y arroz con leche, así como bebidas como jugo de mora, de curuba, guayaba y guarapo de caña.

Sus habitantes muestran al visitante su arte de cómo cultivar la tierra y elaborar piezas artesanales.

El pueblo congrega cerca de 50 casitas elaboradas de tapias que se distribuyen en una sola calle que llega hasta la pequeñita pero acogedora plaza Bolívar y su conservada iglesia, construida en 1917.

Desde Los Nevados se puede emprender una ruta hacia otros lugares montañosos como el Alto de la Cruz. Se arriba a través de una cabalgata de cuatro a cinco horas, que ofrecen paisajes típicos de montaña y vegetación de páramo. Recorrer el majestuoso Pico Bolívar, forma parte de este precioso viaje por los andes venezolanos.

Definitivamente, Los Nevados es lugar donde se puede disfrutar de una terapia de bienestar, que los viajeros deben regalarse aunque sea una vez en la vida.

Traducción al inglés

Los Nevados, remote Andean landscape

Sofos de Mileto

There are towns, villages, counties, which seem to have stopped in time, preserving the legacies of the ancestors, preserving their primal culture, and offering the kindness of their people and the customs that give them their own physiognomy. One of them is nestled high in the Sierra Nevada of Mérida National Park in Venezuela. We speak of Los Nevados, a population founded in 1591.

At about 2,710 meters above sea level is this picturesque place that gives time to disconnect with the hectic life of the cities, and that characterizes those picturesque villages that Venezuela has. It descends from the El Toro peak, on the shore of the Nuestra Señora River, and forms part of the great attractions of those high foothills of the merideña andean mountain range. This ancestral population was home to the indigenous mirripuy – creators of the legend of Caribay and the five white eagles – who left their culture and lifestyle embodied in every corner of this magical place of the Venezuelan Andes, on the seeding walks or terraces, as well as on the cobbled road leading to the village and in the construction techniques still in force in the village. Its favorable geographical location admires the large green mountains that surround this town. Los Nevados has an average climate between 3 ºC and 12 ºC in winter, but being surrounded by mountains makes it very cool in summer, when temperatures range from 19 ºC to 24 ºC.

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There are two usual ways to get to the village: 1-) The first is via rustic car. In the Plaza Las Heroínas in Mérida you take the transport that, in 4 to 5 hours on the way, on a road with many curves, challenging slopes, half paved and half land, test the adrenaline and adventurous spirit; 2-) The second option is to take the Cable Car System, also located in Plaza Las Heroínas in Mérida, until the third station, known as Loma Redonda and from there you can leave in beast 4 hours or walking 6 hours through the mountain. Specifically, you go by mule or on foot up to the water divide, behind the peak El Toro, to undertake the long descent along the old cobbled road to the village. On the outskirts of the cable car are the baqueanos of Los Nevados, waiting for people who want to visit its terroir; they are very friendly people and what they charge well is worth the experience.

The village has a unique and short street, with old houses on each side, bahareque walls, wide eaves and shingle roof. Given the number of foreign tourists visiting all year round, several homes have been remodeled and transformed into inns.

In Los Nevados you have the options to go for a walk around, take a horseback ride, take the most spectacular photos, visit the neighbors, usually very friendly. On Sunday all people go to church, a good opportunity to meet their inhabitants. Meals can also be enjoyed at one of the inns, mini shops and mini restaurants improvised by its inhabitants. Recommendations include fresh bean soup, which they themselves grow, and wheat arepas, delicious. There is no shortage of typical dishes such as pizca, creole bread, hervido de gallina and fig sweets, peaches, papaya, angel hair and arroz con leche, as well as drinks such as blackberry juice, curuba, guava and cane guarapo. Its inhabitants show the visitor their art of how to cultivate the land and make handcrafted pieces.

The village gathers about 50 elaborate cottages of wall coverings that are distributed in a single street that reaches the small but cozy Plaza Bolívar and its preserved church, built in 1917.

From Los Nevados you can take a route to other mountainous places such as Alto de la Cruz. It is climbed through a four- to five-hour horseback riding, offering typical mountain landscapes and moorland vegetation. Touring the majestic Pico Bolívar is part of this beautiful journey through the Venezuelan Andes.

Definitely, Los Nevados is a place where you can enjoy wellness therapy, which travelers should give themselves, even if it is once in their life.

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