Por Frontera Viva
A las 11:35 a.m. hora local de Colombia se dio la apertura comercial formal de la frontera colombo–venezolana entre el departamento Norte de Santander y el estado Táchira tras el paso de una gandola adornada con el tricolor venezolano que llevaba un cargamento de bobinas de aluminio y acero, recursos catalogados por el régimen de Maduro como “material estratégico”.
Previo al cruce de los camiones, el presidente de Colombia, Gustavo Petro arribó a las inmediaciones del Puente Internacional Simón Bolívar en compañía de ministros y embajadores, mientras que del lado venezolano debió estrechar la mano del gobernador del Táchira, Freddy Bernal, y otros representantes del chavismo, debido a la ausencia de su homólogo Nicolás Maduro, quien no pisa suelo fronterizo desde hace un poco más de nueve años.
La presencia del presidente Petro fue confirmada este mismo lunes 26, por lo que los cordones de seguridad y las horas de espera se dilataron. En el entretiempo de más de dos horas de retraso del acto formal, las autoridades debieron habilitar el paso de peatones hacia ambos lados de la frontera, lo que provocó hacinamiento en el lugar.
En el angosto cruce, los comentarios escépticos e irónicos no faltaron, entre ellos un hombre con una olla en la cabeza que sarcásticamente pedía permiso porque llevaba “las hallacas que Petro le mandó a Maduro”. Mientras que un carretillero cargado de maletas le auguraba poco tiempo al “parapeto” de la reapertura que aún no había sido formalizada.
Entre los más de 300 periodistas y camarógrafos, transeúntes y representantes gubernamentales de ambos países se fue colando un gran número de agentes antiexplosivos y francotiradores; un necesario anillo de seguridad para el presidente Petro considerando que a escasos metros del paso binacional hacen vida grupos irregulares armados que se pelean el control de la zona.
Contrastes
Durante el preámbulo de lo sería la reapertura de la vía binacional, en ambos lados de la frontera se llevaron a cabo distintas logísticas para la esperada acción.
Al cruzar al lado venezolano se hacía notorio el ambiente pintoresco que allí se vivía: pólvora, música y pocas restricciones de seguridad.
Incluso, la gandola de placa venezolana que oficializaba el cruce de mercancías estaba adornada con telas, banderas y globos tricolores que fueron arrojados al aire cuando el camión se acercaba a territorio colombiano.
Mientras en el tramo neogranadino todo se desarrollaba bajo un operativo más sobrio y protocolar. La prioridad fue la seguridad y la logística para el recibimiento de las autoridades estatales.
La tractomula -como le llaman en Colombia a los camiones de carga pesada- que transitó hacia suelo venezolano con un cargamento de insumos médicos, vasos plásticos, cajas de cartón corrugado, insumos para calzado, entre otras cosas, sólo estaba adornada con una bandera de ese país en el parachoques y fue ovacionada por los presentes.
En el lado venezolano el representante regional del chavismo, Freddy Bernal, sólo estuvo acompañado de los ministros de transporte e industria, el Superintendente Nacional del SENIAT y algunos empresarios, mientras que en el otro extremo del puente marcaron presencia funcionarios municipales, regionales y del Gobierno Nacional, así como un gran número de ciudadanos que apoya la gestión de Petro.
Al menos 40 minutos estuvo Petro en las inmediaciones del Puente Internacional Simón Bolívar, durante ese tiempo saludó a los presentes, se tomó fotografías y esperó el cruce de camiones de ambas naciones.
Una vez concretada la reapertura formal luego de tres años de cierre comercial, el movimiento de seguridad dio señal de que Petro se dirigía al podio a las afueras del Centro Nacional de Atención Fronteriza (Cenaf) para una alocución frente a los medios de comunicación locales e internacionales.
Discurso de Petro
Petro definió este día como histórico para ambos países, pues la apertura de la frontera representará una mayor cantidad de flujos comerciales y culturales como era antes de que “la locura sectaria se adueñara de corazones y cerebros”.
Vale recordar que la frontera fue cerrada en agosto de 2015, obedeciendo a un decreto de Nicolás Maduro, más tarde, en septiembre de 2016 se reanudó el paso de mercancías entre ambas naciones, pero en febrero de 2019, en el marco del paso de Ayuda Humanitaria a Venezuela, por parte del gobierno interino de Juan Guaidó, nuevamente se cerró el paso al transporte de cargas y más de tres años después es que se vuelve a reanudar.
El presidente colombiano dijo durante su alocución que se tiene que aprovechar y profundizar en la realidad que podría ser el factor de la industrialización, del progreso real de Colombia. Abrir la frontera con Venezuela representa el progreso económico más importante para su país, después de su mercado interno.
“Deseo que las primeras personas beneficiarias con la apertura de frontera sean los habitantes de lado a lado de la frontera, los que se arriesgaban en las trochas, las mujeres que caminaban por ahí prácticamente dependiendo de funcionarios que incluso llegaban a cobrar peajes, de las bandas de multi crimen que podían matar, violar”, enfatizó Gustavo Petro.
No solo se refirió a esta problemática, también reconoció que Venezuela vive una crisis humanitaria que ha afectado a ambos países, especialmente a la ciudad de Cúcuta, que es la principal ciudad de tránsito y asentamiento de los migrantes venezolanos.
“Que Cúcuta se haya vuelto una de las ciudades más pobres de Colombia tiene que ver como un desastre humanitario al otro lado (Venezuela). Por eso se espera que los puentes internacionales no solo se conviertan en vías de cemento, sino vías que construyan el progreso tanto de Colombia como de Venezuela”.
Miras a la recuperación económica
Respecto a la impunidad que impera en la zona fronteriza, Petro aseguró que al menos 400 millones de dólares se generan a causa del contrabando y el cobro ilegal de “peajes durísimos” por las trochas, un fenómeno que busca contratacar mediante los enlaces comerciales que hoy se retomaron.
“Necesitamos de su acero, el aluminio de Venezuela, necesariamente ambas economías deben integrarse”. Manifestó que su meta es alcanzar los 1.000 millones de dólares en ingresos para este año a través del comercio formal y así llegar a los 4.000 millones cuando finalice su Gobierno.
En el mejor de los casos, el mandatario quiere recuperar los 8.000 millones de dólares que anteriormente se generaban por el intercambio comercial.
La otra cara
Mientras las expectativas de la reapertura fronteriza cundían en cada espacio del tramo binacional que une a Venezuela y Colombia, a unos kilómetros de distancia, en el centro de la ciudad de Cúcuta, un grupo considerable de colombianos marchó en contra de las recientes reformas propuestas por el presidente Gustavo Petro.
Con pancartas y gritos de consignas, hombres y mujeres exigían al mandatario de Colombia recular sobre la nueva política de Estado. Todos protestaban por un mismo fin: las reformas al sistema de salud, -como la eliminación de las EPS- y la reforma tributaria.
“Estamos marchando por un conjunto de normas que ha propuesto el gobierno que, aunque no están decididas, están sobre papel y afectan a sectores como la construcción. Con todas estas nuevas reformas se van a quitar unos cupos que benefician a las familias, como los proyectos vis y no vis que están en riesgo”, dijo Raúl Ordoñez frente a la plaza General Santander, lugar donde se congregó la marcha.
El trabajador de una empresa privada de nombre Rafael Osorio dijo que marchaba porque las reformas que se pretenden hacer lo afectan directamente, “afectan a la empresa donde trabajo, a mi como trabajador y a mi empleador y por tanto se ve afectada mi familia, sueños e intereses de hombre joven”.
De acuerdo a los manifestantes, las modificaciones a las leyes impactarían a la sociedad en general, “siempre que se afecte al gran empresario las afectaciones vendrán de manera escalonada porque nuestra economía es de pilares y termina afectando a todos”, precisó José Campos.
En otras ciudades como Bogotá, Cali, Villavicencio, Medellín, Bucaramanga y Neiva la marcha tuvo mayor convocatoria.
El aumento anunciado de la gasolina fue otro de los detonantes que hicieron salir a los colombianos a la calle este lunes 26 de septiembre, cuando en la zona de frontera se llevaba a cabo la reapertura comercial que logró captar la atención de los medios internacionales.