Un total de 237 inmigrantes se sumaron el miércoles 24 de agosto a los miles de solicitantes de asilo que han llegado a la ciudad de Nueva York desde Texas en las últimas semanas. La mayoría son ciudadanos venezolanos que huyen de la violencia y problemas económicos en su país y que llegan a una ciudad que no estaba preparada para una oleada de esta magnitud.

El comisionado de la Oficina de Asuntos del Inmigrante del Ayuntamiento (MOIA por sus siglas en inglés), Manuel Castro, así como diversas ONG recibieron al grupo que llegó a la estación de Autoridad de Puertos, como lleva ocurriendo desde el 5 de agosto.

Los migrantes son enviados en autobuses por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, y están siendo distribuidos en albergues o las 1.300 habitaciones en los 13 hoteles que ya ha tenido que contratar la ciudad para alojarlos.

Nueva York es una de las pocas ciudades en el país que por ley debe ofrecer refugio a quien lo solicite. La ciudad ha indicado que los recién llegados son la razón por la que la población en los albergues para los indigentes ha aumentado un 13 % desde mayo hasta las 51.000 personas, de acuerdo con The New York Times.

Abbott ha admitido abiertamente que quiere repartir la carga migratoria que soporta Texas en su frontera y ha declarado que Nueva York y Washington, por ser ciudades progresistas gobernadas por alcaldes demócratas, son las que tienen que asumir su parte de un problema que considera nacional.

Con información de EFE

Prensa Frontera Viva

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