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El fin del Título 42 y la llegada del Título 8, una política que permite la expulsión de los migrantes sin la posibilidad de solicitar asilo, apresuró el viaje de cientos de venezolanos que buscaban cruzar la frontera entre México y Estados Unidos en espera de mejores condiciones de vida.

Prensa Frontera Viva

En medio de la compleja situación migratoria que se ha vivido en la frontera entre Estados Unidos y México, Carlos, un nombre ficticio que busca resguardar la identidad de la fuente, logró ingresar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.

Su travesía inició hace casi un mes cuando llegó a México, con un bolso en la espalda, para cruzar la frontera sur.

En declaraciones para Frontera Viva, el joven de 26 años aseguró que decidió embarcarse en esta travesía “porque no tenía otra opción”.

“Mi familia ya había cruzado a Estados Unidos y yo no había podido hacerlo porque estaba sacando mi cédula colombiana”. 

Según explicó el joven oriundo del fronterizo estado Táchira, el motivo que lo obligó a emigrar es la falta de oportunidades en su país.

“En Venezuela ya no hay oportunidades, no queda de otra que irse a los Estados Unidos”.

La frontera

Durante su llegada a México, Carlos conoció a un grupo de migrantes con los que emprendió un rumbo por el Río Bravo, una travesía que le costó varios días y distintos intentos.

“Uno no cruza a la primera, es cuestión de suerte, a mí me tomó dos semanas de intentos hasta que lo logré”.

Sin embargo, pese a las dificultades que vivió, el pasado 27 de abril logró cruzar la frontera y entregarse a las autoridades migratorias, dos semanas antes de que se oficializara el fin del título 42, una política que permitía la expulsión inmediata de los migrantes por razones de salud pública debido a la pandemia y que fue objeto de controversia desde su implementación en Estados Unidos. Sin embargo, les daba la oportunidad de solicitar asilo después de ingresar a territorio estadounidense. 

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“Cruzamos el río y caminamos por el desierto varios días hasta que nos entregamos a la patrulla fronteriza, después nos llevaron a un centro de detención donde pasamos una semana”.

“Ha sido la experiencia más dura que he vivido en mi vida, pero no me arrepiento”, aseguró el joven quien además destacó que si se hubiera tardado unos días más en cruzar, “hubiese vivido lo mismo que todas esas personas que buscaban cruzar horas antes del final del decreto”.

Según explica, al momento de cruzar “no había tanta gente como se vio estos últimos días en las noticias, pero la experiencia también fue difícil”.

“Conozco a mucha gente que quiere venirse a los Estados Unidos y no lograron hacerlo antes, ahora no saben qué hacer”.

Cruzar a tiempo

Con el fin del título 42 entró en vigor el título 8 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad el cual permite que los migrantes que ingresen de forma ilegal a Estados Unidos sean inelegibles para solicitar asilo. Además, quienes sean deportados bajo esta normativa no podrán ingresar al país durante cinco años.

La implementación de esta nueva normativa, que limita la capacidad de los migrantes de obtener un estatus legal y permanecer en el país, ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos, quienes argumentan que viola las leyes internacionales y los derechos humanos de los migrantes. 

Asimismo, llevó a que miles de migrantes se congregaran en la frontera entre México y Estados Unidos para lograr cruzar horas antes del fin del título 42, la cual caducó el jueves a la media noche.

“Me siento afortunado porque pude cruzar a tiempo”, comentó Carlos quien actualmente tiene un proceso de asilo abierto. 

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Por ahora, Carlos, está reunido con su familia en Florida donde espera establecerse y encontrar mejores oportunidades de vida.

“Por favor, hagan medidas migratorias más justas, nosotros somos humanos y solo pedimos la oportunidad que en Venezuela no tuvimos”, pidió el venezolano.

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