Un centenar de migrantes, la mayoría de ellos venezolanos, llegaron este 10 de agosto a la Estación Central de autobuses de Nueva York. El grupo fue enviado desde Texas como parte de los viajes organizados por el gobierno de ese estado, que ha declarado expresamente que quiere repartir la carga que representa la presión migratoria.
Fuero tres los autobuses que llegaron la mañana del miércoles a la gran manzana, tras tres días de viaje desde la frontera de Texas con México.
La alcaldía de Nueva York, con asistencia de organizaciones no gubernamentales, les entregó una caja con comida y los distribuyó en albergues por la ciudad, salvo a aquellos que expresaban su deseo de dirigirse a casa de amigos o familiares.
Roger, un venezolano de 42 años, sastre de profesión, declaró a Efe que no fue forzado en ningún momento a subir en el autobús, pero tras tres meses de penalidades desde que salió de su país “atravesando selvas y desiertos”, aceptó la propuesta de ser trasladado de forma gratuita a Nueva York.
El alcalde de Nueva York ha declarado en numerosas ocasiones que la ciudad proveerá alojamiento a los emigrantes indocumentados mientras legalicen su situación —al igual que hace con todos los sin techo—, y este argumento ha sido utilizado por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, para enviar a emigrantes a Nueva York y Washington, gobernadas por alcaldes demócratas.
Los envíos de emigrantes se están haciendo sin la menor coordinación a nivel político, dijeron a Efe las fuentes municipales, y el gobierno de Texas, pese a ser el que organiza los viajes, no informa ni del número de autobuses, los emigrantes que transporta o el estado en que se encuentran.
Con información de EFE
Prensa Frontera Viva