Bajo amenazas de ser asesinadas ellas o sus hijos, niñas y mujeres venezolanas terminaron convirtiéndose en esclavas sexuales de una banda que delinquía en Yopal, Casanare, en Colombia.
Llenas de temor, las venezolanas debían acceder a las órdenes de alias “Rosa”, quien recibía las ganancias.
Coraima, una de las víctimas, contó lo que sufrían ella y sus amigas en el sitio que llamaban ‘el infierno’, lugar al que un agente de la policía colombiana logró infiltrarse.
El infierno
El lugar supuestamente era un restaurante, pero en la noche se transformaba en un espacio de encuentros sexuales.
Según Coraima, quienes las engañaron “dijeron que veníamos a trabajar a Yopal en un restaurante, nosotros nos confiamos y nos vinimos”.
Al llegar, “nos quitan la cédula y nos dicen que hasta que no les paguemos el pasaje no nos podíamos ir, y nos pusieron a firmar y todos los días que pagábamos firmábamos papeles y pagábamos cosas”, relató.
Los reclutadores las humillaban y maltrataban y, además del tiquete de viaje que les cobraban, también les imponían “muchas multas. Medio salías para poderte asomar y ya hay una multa de 20 mil pesos y netamente le estás trabajando a ella. Y toda la plata que uno hace es para ella”.
Esa persona a la que se refería es ‘Rosa’, quien no solo les quitaba el dinero, también les arrebataba de los brazos a los hijos que algunas llevaban mientras pagaban la supuesta deuda.
Niñas prostituidas
Entre la información revelada por Coraima, afirmó que entre las víctimas “había muchas menores de edad que las explotaban porque son de 15, 16, 17, 18, había una que llegó de 12 años”.
Su testimonio fue clave para que la Policía y la Fiscalía pusieran fin a ese infierno el pasado primero de diciembre, fecha en la que se había organizado una fiesta para clientes VIP que debían pagar $4 millones para ingresar.
Los asistentes debían presentar, entre otros requisitos, un mensaje que les llegaba en el que les ofrecían “shows eróticos y posible sexo en vivo, siempre y cuando los invitados estén de acuerdo”.
Además, les ofrecían pasabocas, diez bailes con diferentes mujeres y no tenían que cumplir medidas de bioseguridad.
“Aparte de eso incumplían el toque de queda interpuesto por la Gobernación de Casanare donde daba un límite de apertura de estos establecimientos hasta las diez de la noche. Sin embargo, al llegar esta hora cerraban el establecimiento que era visible para la comunidad”, detalló el capitán Jeisson Rubén Sánchez, jefe de Investigación de Infancia y Adolescencia.
El operativo de rescate
Al cumplir la hora establecida para la fiesta, alias ‘Rosa’ y sus hombres trasladaron la rumba a un apartamento privado en el segundo piso del supuesto restaurante. Allí estaban las menores de edad y mujeres que iban a ser sometidas a un turno que iba hasta el mediodía del siguiente día.
Pero la Policía les dañó la fiesta e inició el operativo, donde los organizadores intentaron huir hasta por los techos.
Entre los capturados hay cinco venezolanos, cinco colombianos y la temida ‘Rosa’.
También fueron rescatadas 16 mujeres, entre ellas cuatro niñas entre los 12 y 16 años, y recuperados tres niños, hijos de las víctimas.
Con información de Noticias Caracol
Prensa Frontera Viva