Ph.D. Tomás Páez @tomaspaez @vozdeladiasporavene

Un logro indiscutible, quizá el único del socialismo del siglo XXI, es haber arrasado con Venezuela; dos nefastas décadas de implacable destrucción, robo y muerte. No es una opinión, son datos, evidencias, en particular las proporcionadas por quienes pagan condenas después de haber confesado el monto robado o por quienes intentan evitar la extradición y ser juzgados. Lo reiteran los tres informes de las Naciones Unidas, dos de ellos elaborados por la Comisión de Expertos Independientes. Su robustez está a prueba de refutaciones y el último de ellos reprueba al sistema judicial venezolano.

En las redes sociales circulan vídeos con datos, imágenes y textos contradiciendo las extenuantes peroratas del difunto, las cuales, tras separar la paja del grano, quedan reducidas, afortunadamente, a unos breves segundos. En uno de ellos asevera: Venezuela estaría apagada, en la prehistoria, si no hubiera llegado la revolución y los ciudadanos estarían cocinando con leña. La realidad lo desmiente, el retorno a la prehistoria y a la cocina con leña en los hogares venezolanos, es un logro indiscutible del socialismo del siglo XXI que, además, arrasa con bosques, ríos, fauna y con la vida de los venezolanos.

Otro vídeo lo presentaba en una entrevista donde afirmaba: en 2019 estaremos produciendo 6 millones de barriles de petróleo, tendremos una industria petroquímica envidia de todos y lograremos la seguridad alimentaria. Mentir tanto y tan seguido no es normal y hacerlo con tal desenfado es un absoluto cinismo.

Estas evidencias podrían agruparse bajo el epígrafe: mentiras y fracasos, para infortunio de los venezolanos. Es necesario conservarlas para evitar el peligro que entraña la amnesia y el riesgo de que se pierda la memoria, dada la asombrosa capacidad de olvido de las sociedades. Las asociaciones civiles en Venezuela y el mundo, han actuado como garantes rescatando imágenes, papeles e información para hacer frente a la guarnición de mentiras, bajo la consigna “es preciso custodiar la verdad.”

Desde 1992 han causado demasiado dolor, un gran cúmulo de crispación y confrontación, muchas muertes, excesivas heridas en el alma y cicatrices profundas difíciles de restañar, lo cual exigirá de un extraordinario esfuerzo de armonización. Una realidad lacerante, pues la violencia perpetrada jamás tuvo ni tendrá justificación. Es cierto, la fe y la ideología pueden enceguecer y, afortunadamente, muchos han logrado zafarse después de haber descubierto la pasta de la que están hechos: se presentaron como los adalides anticorrupción, cuando en realidad son cabecillas o PRANES de la política.

La sociedad civil cubana exalta y reivindica la vida, frente a la consigna de la muerte que enarbola la dictadura de ese país, y esa es también una consigna válida para los demócratas venezolanos. El régimen de Venezuela calca del régimen cubano consignas necrofílicas como la de patria, socialismo o MUERTE y crea otra el difunto vive -todo un oxímoron- la lucha sigue. Por desgracia, como lo confirman los informes de la ONU, la muerte es política de Estado. La más reciente de quien fuera jerarca de las Fuerzas Armadas, estando en prisión, es un indicio más de lo dicho y por ello se exige una evaluación independiente de lo ocurrido.

Le puede interesar.  En Upata exigen la liberación de personas detenidas durante protestas por alimentos

Han desestructurado el país. Bandas armadas controlan localidades y cuentan con monedas propias, sistemas de vigilancia, ejercen las funciones de garantes de la seguridad y hasta ofrecen servicios propios del Estado de Bienestar. Se trata de un régimen incapaz de controlar militar y administrativamente su territorio, en el cual se producen batallas campales entre bandas que se han adueñado de espacios en localidades de la capital y regiones fronterizas, y entre éstas y fuerzas del Estado, y, por ende, incapaz hasta de ejercer el monopolio de la fuerza.

No es nítida la línea divisoria entre ineptitud y alianza o modo de convivencia con las bandas armas colectivas. Poderes criminales que han robado los derechos humanos de los venezolanos, responsables también de haber instalado la inseguridad, el miedo y la intimidación social, merecedoras de un rechazo social generalizado, pues condiciona la vida de los ciudadanos y, además, es una de las razones explicativas del éxodo. En nuestro trabajo con la diáspora desde el año 2013 muchos han resaltado la cantidad de años que les ha costado perder el miedo y superar la desconfianza a los sistemas judiciales en otros países. Inseguridad y Poder Judicial, temas de gran calado y de enorme importancia institucional, social y política para el proceso de transición.

La exaltación de la muerte incluye a la sociedad del conocimiento y al pensamiento diverso y plural. Bandas afectas al régimen queman la Biblioteca de la Universidad de Oriente, destruyen y roban equipos de medicina tropical en la UCV, ahogan con el presupuesto el funcionamiento de las universidades autónomas y establecen salarios por debajo del límite establecido en la definición de pobreza extrema a profesores, investigadores y docentes, llevando a la sepultura al sistema educativo y de salud. El monto de la pensión es una gran burla, 4 dólares mensuales (centavos por día).

Consuman la destrucción de la sociedad del conocimiento, arruinan al capital humano, desmantelan laboratorios, centros de investigación y museos con valiosas colecciones y exterminan la autonomía, condición indispensable para la investigación y creación de conocimiento. Indigna saber el monto de lo robado por el Sr. Tuerto Andrade y por la Sra. Claudia Díaz, ambos extesoreros durante el periodo del difunto, haría posible el funcionamiento de universidades y centros de investigación o el pago de pensiones apropiadas a quienes han trabajado toda su vida.

La demolición del país y los sufrimientos de los venezolanos no parecen haber sido suficientes para cambiar el régimen tras 22 años ejerciendo el poder y arrasando con el país. Pese a su carácter cleptómano, su ilimitada ineptitud e improductividad y carecer de apoyo social, continúan en el gobierno, aunque ciertamente lo ejercen sentados sobre bayonetas. Seguramente algo han urdido bien o el liderazgo político y social democrático lo ha hecho muy mal y a ello obedece el hecho de haberse entronizado en el poder, incluso después de 2015 cuando la sociedad democrática modificó la correlación de fuerzas del país y expresaba sus ansias de cambio.

Le puede interesar.  Crisis migratoria continúa en aumento: Cifra de migrantes venezolanos en el mundo ascendió a 5,4 millones

Las razones de esta situación son muy variadas. El divorcio entre quienes se consideran dirigentes y la sociedad, con pocas señales de poder encontrarse, la premura que ha impedido leer la realidad, poca atención y oídos sordos a las expectativas y necesidades de los ciudadanos, la arrogancia y prepotencia de querer imponer su política, hasta la integración de quienes danzan con el diablo y se presentan como adversarios, mientras construyen complejas urdimbres de complicidad.

Alexis de Tocqueville advertía la necesidad de instituciones para defenderse del error y, en el caso venezolano, del horror y el atraso. En contextos de barbarie y pensamiento único o de hegemonía comunicacional, el conocimiento perece o apenas logra sobrevivir. El autor se preguntaba: ¿se podía pensar en la posibilidad de que la democracia retrocediera después de haber liquidado el feudalismo y de vencer a los reyes y detenerse precisamente después de haberse hecho tan fuerte y sus adversarios tan débiles? La respuesta es afirmativa y el retroceso ha sido mayúsculo y en todos los órdenes, como lo atestigua el caso venezolano.

La crisis humanitaria y de seguridad están en el origen del éxodo venezolano, cerca de 7 millones de venezolanos, 20% de la población. Pocos países exhiben datos tan dramáticos. La crisis ha generado, como contraparte, una extraordinaria OPORTUNIDAD MIGRATORIA, abre las puertas y favorece el proceso de integración e internacionalización de instituciones y empresas en regiones y países de origen y destino.

Las remesas de Latinoamérica, una de las distintas acciones de las diásporas, se calculan en más de 60.000 millones de dólares, la mayor del mundo, monto superior al de las inversiones directas y aquellas provenientes de ayudas oficiales al desarrollo. Además, las formas organizativas de las que se toda en origen y destinos, las nuevas redes empresariales e institucionales facilitan el rol de articuladores, promotores de alianzas claves para la ampliación de mercados y la inserción global de empresas e instituciones. Asimismo, su capacidad de interlocución social facilita la ejecución de la estrategia de gobernanza democrática y la consolidación de la democracia política.

Las políticas desplegadas en países receptores, viables y posibles, con el fin de regularizar a la diáspora venezolana y recabar información precisa de ella, evidencian la importancia que le asignan a los migrantes. Contrasta con la ausencia de mapeos detallados en países y en la alternativa democrática que evidencian un conocimiento limitado de las organizaciones diaspóricas y sus iniciativas y estrategias. Esta carencia conduce con frecuencia a una participación selectiva, que afecta a las comunidades diaspóricas. Un elevado número de ellas están autofinanciadas y en ocasiones cuentan con presupuesto para desarrollar sus actividades.

Las asociaciones constituyen una compleja madeja global en defensa de la democracia y las libertades. Despliegan múltiples iniciativas que se plasman de las más diversas formas, en texto, películas, documentos, y denuncian a quienes quieren presentarse como víctimas cuando en realidad patean los derechos humanos. La diáspora asume la responsabilidad y responde haciendo la pregunta ¿Qué puedo hacer para que no se repita, para que nunca más vuelva a ocurrir? Haciendo y construyendo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí