Por Frontera Viva

El corazón de Chile late abarcado en las imponentes montañas de la Cordillera de Los Andes, en las que el viento se ondea en compañía del río Mapocho, que junto al cerro San Cristóbal y Santa Lucía abanderan a una ciudad que saca el máximo provecho a su ubicación y dimensión.

Santiago es sinérgica e interconectada, un área grande con la mayor cantidad de población del país, y que al ser la capital concentra la principal actividad económica, administrativa, cultural, comercial, industrial y política de Chile.

En entrevista con Frontera Viva, las migrantes venezolanas Suyin Vásquez y su hija Soledad Colmenares, junto al chileno Vicente Kusanovic, reflejaron aspectos de las condiciones de vida en la capital chilena.

Para ellos, en resumen, Santiago es una ciudad moderna y a la vez histórica, multicultural, un área de movimiento incesante y muy avanzada con respecto al resto de Sudamérica, pero que también enfrenta grandes problemas como la contaminación ambiental y el congestionamiento urbano.

Un nuevo comienzo

Santiago se perfila como una zona líder en América Latina por diversos rasgos relacionados con la calidad de vida: seguridad, trasporte, educación y economía. De hecho, así lo ratifica el estudio global de Economist Intelligence Unit, según el cual la capital de Chile es la segunda mejor ciudad latinoamericana para vivir.

En este valle convive la arquitectura neoclásica de construcciones como el Palacio de La Moneda, junto a modernos rascacielos como los del Costanera Center y su edificio central, la icónica Gran Torre Santiago, de 300 metros de altura, lo que la convierte en el edificio más alto de América del Sur.

Esta metrópolis, como toda gran capital del mundo acoge la migración interna y externa, es por eso que en sus calles se pueden observar personas de diferentes territorios de Chile y a los extranjeros, quienes se radican allí para empezar una nueva vida. Es el caso de innumerable cantidad de venezolanos quienes ven en Santiago la estabilidad financiera que les es negada en su país de origen, y que se aventuran a trasladarse a una de las economías más sólidas de la región, pese a las advertencias por los actuales conflictos relacionados con la recepción de migrantes.

Soledad Colmenares (de 34 años), llegó a Chile en 2018. Su arribo no resultó fácil ya que debió enfrentarse a los desafíos de vivir en un nuevo país sin la compañía de su familia, sin embargo, luego de años de espera, en diciembre de 2021 pudo rencontrase con su abuela, y su progenitora Suyin Vásquez (53 años de edad) en Santiago, localidad en donde ahora residen todas.  

¿Cómo es la gastronomía en Santiago?

En la capital de Chile se consumen diferentes tipos de preparaciones de pan relleno, a los que les dicen sanguches con “G”, y normalmente no se les llama como sándwiches.

Existen variedad de sanguches como el barro luco o barroluco (emparedado con carne a la plancha y queso caliente) y el ave palta (pasta de pollo y palta, conocido como aguacate en Venezuela). Su costo está alrededor de 3mil a 4mil pesos chilenos en zonas populares, y en restaurantes de 6mil a 8mil.

En cuanto a la comida callejera resaltan los anticuchos (brochetas de diferentes tipos de carne, llamados pinchos en Venezuela), estos se pueden adquirir por un precio de 1.000 pesos chilenos (CLP$) en adelante. También están las sopaipillas (masas de empanada, fritas y a base de auyama, conocida como zapallo camote) en Chile, se acompañan con kétchup, mostaza y diferentes tipos de otras salsas. Su precio ronda los 250 CLP$.

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En esta lista no puede faltar la emblemática empanada chilena, ya sea frita u horneada. La más popular es la empanada de pino (lleva carne molida, aceituna negra y huevo). Las empanadas chilenas cuestan cerca de 1.500 CLP$.

Por su parte, las humitas son una masa de maíz aliñado y envuelto en las hojas de la mazorca, su costo aproximado es de 3mil CLP$. También está el mote con huesillos, una bebida típica compuesta de jugo caramelizado de durazno, grano de trigo hervido y pelado “mote”, y duraznos deshidratados a los que se les nombra en Chile “huesillos”. Esta bebida cuesta entre 800 a 2mil CLP$ según el tamaño del producto.

Además, en Santiago se comen muchos granos, los cuales son llamados “porotos”. Un plato emblemático es el Poroto en Riendas (desde 4mil CLP$ el plato en zonas populares). Según Soledad es “una especie de tallarines o pasta, pero con porotos, como una pasta con caraotas”.

¿Cuáles son los principales mercados y supermercados de Santiago?

Los principales mercados de Santiago son: La Vega Grande, La Vega Chica, Mercado Tirso de Molina, Mercado Mayorista “Lo Valledor”

En esos establecimientos venden al mayor y detal, además se encuentran productos tanto nacionales, como importados.

En cuanto a los supermercados, los más grandes y reconocidos son: Líder (propiedad de la cadena estadounidense Walmart), Jumbo (de Cencosud), Acuenta, Unimarc, Santa Isabel y Mayorista 10.

De acuerdo con Vicente, “donde más se compra siempre va a ser en Acuenta, Unimarc, Líder; después vienen los más caritos que serían Jumbo, Tottus, Santa Isabel”.

Sector laboral

Según los entrevistados, las opciones laborales más accesibles para los migrantes venezolanos se encuentran en los mercados y supermercados, porque generan mucha oferta de empleo, también en las tiendas de “retail” (comercialización masiva), como H&M, Falabella, Corona, entre otras. Además, como “garzón” (camareros), y comerciantes.

Cabe destacar que Santiago es un centro de negocios con buenas opciones para invertir. Siendo la capital del país es el epicentro donde se encuentran los edificios más importantes del gobierno, y de las sedes de compañías y organismos internacionales.

Suyin expresa con dolor que Santiago “es una ciudad de muchas oportunidades, y siento cierta tristeza de ver a cientos de migrantes venezolanos en las calles pidiendo dinero y en la pobreza extrema”. A lo que el joven chileno Vicente sumó que, “los trabajos son bastante accesibles si los migrantes cumplen con los papeles requeridos, y bueno, las ganas de trabajar claramente”.

Medios de transporte

El Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, ubicado en la comuna de Pudahuel, es el terminal aéreo de la ciudad, el cual es estimado como uno de los más modernos de América Latina.

El transporte público de Santiago es extenso, está conformado por micros, tren y metro. De acuerdo con Vicente este último “es el más avanzado a nivel sudamericano, y uno de los más rápidos también”.

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El metro trabaja de 6:00 a.m. a 11:00 p.m. sábado y domingo. Los días festivos el horario es de 8:00 a.m. a 11:00 p.m., y tiene un costo que varía dependiendo de la hora del día, en las horas pico, es más costoso (820 CLP$). Existen tres clasificaciones horarias:

·       Hora Punta (de 07:00 a 09:00; y de 18:00 a 20:00)

·       Hora Valle (de 06:30 a 07:00; de 09:00 a 18:00; y de 20:00 a 20:45

·       Hora Bajo (de 06:00 a 06:30; y de 20:45 a 23:00)

Por otra parte, el costo mínimo de un traslado en taxi es de 1.500 pesos. El pasaje en micro cuesta 700 CLP$, y el tren 820 en la “hora punta” (la más congestionada).

Precios de vivienda

Santiago destaca por el contraste entre barrios artísticos, gastronómicos, bohemios populares y comerciales. Las comunas más accesibles para alquilar son Santiago Centro, Independencia, Recoleta, Estación Central, Quinta Normal.

Según Soledad, “alquilar un departamento de una habitación cuesta entre 300 a 350mil pesos al mes, además con el pago de servicios y gastos comunes, quedaría entonces como en 450mil”.

Existe además la posibilidad de arrendar habitaciones en las que las áreas comunes se comparten, se “pueden conseguir un precio entre 180 mil a 300 mil CLP$”, señaló Vicente.

Expresiones lingüísticas  

En Santiago se utiliza “po” al finalizar las palabras sí, no, y ya (sipo, nopo, yapo), a los niños se les llama “cabrochicos”, se utilizan los vocablos dama y caballero en vez de señor y señora como en Venezuela, se dice “pololo (a)” para referirse a un novio (a). La palabra “Cachay” se usa para preguntar si se comprendió algo. Según Soledad es “un lenguaje muy particular, y a veces un poco complicado de entender”.

“Los modismos en Chile suelen estar bien marcados, por ejemplo, el no pronunciar las D, cómo callao, aguevonao… son palabras muy típicas, El oe, también que es la abreviación que tenemos acá del oye. El uso de garabatos (groserías) acá es muy común, y no es tan tabú”, dijo Vicente.

Expectativas de un porvenir

Santiago es una ciudad de oportunidades en la que viven gran cantidad de migrantes venezolanos. Tanto Suyin, como su hija Soledad, dicen estar agradecidas de trabajar en Chile, sin embargo, la segunda explica que “muchos migrantes se han ido, otros se han quedado, pero hay un tema fuerte con esto, porque por lo menos extranjería o lo que es migración como tal, es el ente más pequeño del gobierno, y para atender a la cantidad de extranjeros que hay, hoy en día se les hace imposible, por eso las demoras en los trámites, pueden tardar hasta dos o tres años en dar respuesta”.

Suyin dice que, aunque hay muchos migrantes venezolanos trabajando legalmente, le duele ver a coterráneos viviendo en carpas improvisadas en las calles. Por último, Vicente apunta que, de los migrantes que ha conocido casi todos han sido recibidos con las puertas abiertas, salvo algunas excepciones.

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