FacebookXTelegramWhatsAppMessengerPinterestEmailCopy LinkShare

El funcionario policial fue protagonista de un episodio sucedido un 17 de marzo de 1980 a horas del mediodía, y que le trajo como consecuencia ser citado al Palacio de Miraflores.

Por más de tres décadas estuvo dirigiendo el tráfico en la esquina de Sociedad, en el casco central de Caracas, brindando un ejemplo de compromiso y rectitud que parece haberse esfumado del país junto con su vida.

Apascacio Mata Palacios, nació en Panaquire, estado Miranda, y desde 1º de marzo de 1965 formó parte de la extinta Policía Metropolitana de Caracas, institución en la cual se desempeñó como fiscal de tránsito bajo la placa número 0983, como menciona Haiman El Troudi en su artículo Apascacio Mata, un funcionario ejemplar.

Son incontables las anécdotas acerca de este funcionario que en todo momento hizo cumplir las normas, dirigiendo a los autos que se desplazaban por un tramo de la avenida Universidad.

Su labor era vigilar por el simple hecho de que los conductores respetasen el semáforo, no hicieran el pare sobre el rayado peatonal, no excedieran el límite de velocidad establecido, y se desplazaran de manera correcta en los canales trazados, para así evitar accidentes. De igual forma, supervisaba que los peatones cruzaran la calle por el paso de cebra y lo hicieran cuando el semáforo estuviese en rojo para los automóviles.

Un episodio del que fue protagonista Apascacio y que lo llevó a pasar a la historia, sucedió un 17 de marzo de 1980 a horas del mediodía, y le trajo como consecuencia ser citado al Palacio de Miraflores, señala Julio González Chacín en Apascacio Mata: ¡qué buen fiscal!

Aquel día, el policía, en cumplimiento de su labor, observa cómo la caravana presidencial se acercaba al cruce donde estaba su puesto. Tranquilo, erguido y con su mirada puesta sobre los vehículos oficiales, detectó el justo momento cuando una moto que hacía parte de la escolta presidencial, se atravesó en una de las calles, mandando a parar el tráfico para que el presidente pudiera avanzar sin tener que esperar por el cambio de semáforo.

Le puede interesar.  López Contreras: “Ojalá nunca pase Venezuela una humillación como entregar al extranjero el Puerto de La Guaira”

Apascacio, sin pensarlo dos veces, ordenó al agente a motocicleta detenerse sobre un lado de la vía. Entonces procedió a realizar el llamado de atención necesario y a establecer la debida multa que estaba fijada en la ley por obstruir una vía pública. De nada valió que el infractor fuera trabajador directo de la presidencia de la república, ni que quien se desplazara en aquella caravana fuera el mismísimo jefe del Estado.

Días después, el funcionario fue llamado a presentarse en el Palacio de Miraflores, residencia del presidente, para que fuera a almorzar. Allí fue recibido por Luis Herrera Campins, quien lo condecoró y lo puso como ejemplo para todos los demás policías de la época.

La distinción le sirvió para ser invitado tiempo después, en 1981, a la Casa Blanca, donde se reunió con el presidente Jimmy Carter, quien lo homenajeó y le pidió realizar charlas a los cuerpos de seguridad de Washington y Tennessee, así lo comenta el blog Caracas Cuéntame.

Esto lo motivó aún más a cumplir con estricto compromiso su labor, haciéndolo de manera ininterrumpida por 33 años. Su nombre, incluso, fue inmortalizado en un aguinaldo del grupo Los Tucusitos.

Este insigne servidor de las normas y la ética profesional, falleció un 14 de mayo de 2015 en la parroquia 23 de Enero de Caracas. Hoy, cuando Venezuela vive un complejo momento de colapso institucional, de violación sistemática a las normas establecidas para la sana convivencia por parte de aquellos que se supone son quienes deben velar por su cumplimiento, se hace imprescindible recordar a Apascacio Mata Palacios.

¿Cuántos Apascacios hacen falta en Venezuela?

FacebookXTelegramWhatsAppMessengerPinterestEmailCopy LinkShare

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí