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Entrevista por Tulio Hernández

Socorro Ramírez

Socoro Ramírez es una colombiana doctora en Ciencia Política cuya vida académica, y en buena medida sus relaciones personales, han estado profundamente ligadas a Venezuela. Profesora por mucho tiempo del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia fue, en las últimas décadas del siglo XX, creadora y coordinadora del Grupo Académico Colombia -Venezuela. En la presente continúa su labor de activista por la integración entre ambos países a través de la red conocida como Puentes Ciudadanos Colombia-Venezuela (PCCV). De esa vasta y persistente actividad en el trabajo de reflexión y acción por el conocimiento y el entendimiento entre ambos países queremos conversar en este espacio.

TH:  Venezuela ha sido una constante en sus preocupaciones personales, académicas y políticas.  Cómo nació y se desarrolló ese interés?

SR: En efecto, desde muy temprano, en la Universidad Nacional, a finales de los años 1980, cuando estaba perfilando mi trabajo académico, me concentré en estudiar las fronteras. Entonces vi que la colombo-venezolana no solo era la más larga sino la más diversa, que articulaba procesos muy significativos, complejos e importantes para ambos países, y entonces me consagré a estudiarla. Desde entonces no he dejado de hacerlo.

TH: Muchos estudiosos venezolanos y colombianos con quienes he conversado consideran a Socoro Ramírez una pionera en mirar las relaciones entre Venezuela y Colombia no como una sumatoria de asuntos diplomáticos sino como una complejidad de relaciones históricas, culturales, demográficas y de imaginarios. Esa mirada se expresa en la creación años atrás el Grupo Académico Colombia-Venezuela. ¿Cómo se formó el grupo y cuáles fueron sus acciones y logros?

SR: En ese momento de definiciones personales conocí a varios colegas de la Universidad Central de Venezuela, entre ellos al profesor José María Cadenas, el “Chema Cadenas”, un personaje extraordinario, muy interesantes, y le propuse crear un grupo binacional para analizar conjuntamente esas problemáticas. A partir de ese momento estuvimos casi veinte años trabajando en equipo. De ese trabajo logramos sacar unos diez libros juntos, articulando el trabajo de muchísimos académicos de muchas universidades de ambos países, y a sectores muy diversos de la frontera, teniendo como principio que en cada acción, en cada trabajo, debía haber siempre colombianos y venezolanos dialogando en igualdad de condiciones.

Por ejemplo, recuerdo que cuando sacamos uno de los tantos libros ya Chávez estaba en la presidencia de Venezuela y Pastrana en la de Colombia. Ambos nos pidieron a cada uno que le entregáramos un ejemplar. Entonces con el Chema nos pusimos de acuerdo y les dijimos que solo se los íbamos a entregar cuando ambos se reunieran, porque ese era un esfuerzo binacional y lo ejemplar era entregárselos a ambos juntos. Y, en efecto, luego de garroteras, se encontraron en Santa Marta en la Quinta de Bolívar, entonces si les entregamos el libro y ellos decidieron nombrarnos miembros de la Comisión Nacional de Fronteras (COPIAF) de integración Colombo Venezolana. Y nosotros aceptamos.

Fue cuando les propusimos que no nos reuniéramos en Caracas y Bogotá, sino que cada vez sesionáramos en un punto de la frontera, una vez del lado de allá, otra del de acá. Además,  que el primer día lo dedicáramos a oír a las autoridades y sectores sociales de la frontera. Y eso fue muy rico porque comenzamos por la Amazonia, seguimos por los llanos, el eje Táchira Santander y fuimos subiendo hasta la Goajira. Sesionamos hasta que los gobiernos de Maduro y Duque decidieron no convocar de nuevo ninguno de los mecanismos binacionales por la vecindad. 

TH: Ya jubilada de la vida universitaria usted, sin embargo, sigue imbuida en el tema. Ahora con preocupaciones mayores por la ruptura de relaciones entre ambos países, el cierre de los pasos de uno a otro, y por la complejidad criminal y de éxodo en la que se ha convertido la frontera. Para eso ha creado en 2019, la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas  y Sociales (CRIES) qué se convirtió después en una organización muy activa e influyente que se denomina  Puentes Ciudadanos Colombia-Venezuela (PCCV)? ¿De qué se ocupa esta organización? ¿Qué la anima? Cuáles son sus objetivos?

Bueno, en Cúcuta se realizó un encuentro del CRIES  como red regional y allí se estimuló la necesidad de realizar diálogos subregionales o regionales y como teníamos tantas solicitudes de revivir el Grupo Binacional hicimos una declaración para saber quiénes estaban interesados. Nos  salieron más de trescientos firmantes. Con ellos hicimos luego un encuentro en Bogotá,  mitad venezolanos mitad colombianos, y allí se apoyó  la conformación de la Orquesta Sinfónica Juvenil colombo venezolana y se consolidó la organización del PVCV.  Eso fue hace tres años.

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En  Puentes Ciudadano hemos tenido cinco ejes de trabajo.  El primero, es un seguimiento constantes a las crisis de Venezuela y de todos los intentos de encontrar soluciones y salidas. Y eso ha ayudado para que en Colombia se mire el tema menos desde lo ideológico y más desde los problemas y dificultades reales que vive la población. Un segundo eje, ha sido ¿cómo Colombia construye o no  paz en esa frontera?: hemos hecho seguimientos muy concretos de la actividad del ELN y la posibilidades de negociación de paz, nos hemos reunido con las FARC,  y hemos trabajado los temas de delincuencia y seguridad en esa zona binacional.

En tercer lugar hemos insistido mucho en prestarle atención especial a la problemática de la frontera,  porque los gobiernos centrales de Bogotá y Caracas la reducen a la raya limítrofe pero no ven que se trata sobre  todo de un espacio complejo de  interacciones sociales, económicas, ambientales y en ese sentido hemos trabajado muy de cerca con los actores locales. Por ejemplo reunimos a todos los alcaldes de la zona fronteriza; también a las comisiones de la segunda Asamblea Nacional de Venezuela  y el Congreso colombiano; a las cámaras de comercio, los gremios económicos, y; a la gobernadora del Táchira, que era de oposición,  con el gobernador del Norte de Santander. También a comunidades indígenas binacionales.

El cuarto tema ha sido el  éxodo de venezolano a Colombia, que tiene muchas modalidades y las hemos seguido, acompañado, y también hecho sugerencias al gobierno central en torno a las políticas migratorias. Y, por último, trabajamos un tema esencial que es el cómo reconstruir la relación binacional y la institucionalidad  fronteriza.

TH: Para nosotros ese es un tema central y, creo,sobre el que Puentes Ciudadanos más puede incidir. ¿Cómo lo enfocan ustedes?

RS: En PCCV creemos que no se trata simplemente de lo que están diciendo ahora los gobiernos de Maduro y de Petro, de normalizar las relaciones, y eso se queda en llamadas por teléfono entre los dos gobiernos, el envío de embajadores y no más. Toda la institucionalidad para manejar la vecindad que fue muy útil para los dos países está paralizada y no hay diálogo de los gobiernos centrales con gobiernos locales. Los centrales no oyen a las autoridades y las organizaciones fronterizas frente a las múltiples problemática transfronterizas que deben atender.

Es en esa reconstrucción de la institucionalidad internacional donde  hemos tratado de insistir. Para que se asuma que no es simplemente una reconstrucción por proximidad política ideológica, o por interés de uno u otro gobierno, sino que son  dos países estrechamente  articulados que necesitan que fluyan todos sus mecanismos y relaciones oficiales para garantizar las mejores condiciones para esa población binacional compartida. Recordemos que cada país ha sido la principal fuente migratoria del otro. Y hacia el otro ha migrado buena parte de su población. Los colombianos en los 70, 80 y 90 por el boom petrolero venezolano y ahora es al revés. Buena parte de la migración venezolana pasa por aquí por la crisis humanitaria profunda que vive Venezuela. La reconstrucción de la institucionalidad entre lod dos países tiene que reconocer ese éxodo binacional tan significativo.

TH: La llegada de Petro a la presidencia ha creado grandes expectativas para la apertura de relaciones. Sin embargo, en un importante informe redactado por usted en compañía de Ligia Bolívar, investigadora y activista venezolana por los derechos humanos, titulado Colombia y Venezuela. Balances y retos queda claro que este tema de la reconstrucción de la institucionalidad binacional es una tarea muy difícil. ¿De dónde proviene esa gran dificultad?

SR: Ese trabajo que hicimos con Ligia Bolívar partió de sintetizar las propuestas que surgieron de tantos seminarios, mesas de trabajo, foros y  diálogos realizados, lo que hicimos fue  sintetizar las ideas y las respuestas que surgieron de esos encuentros.

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¿Por qué es tan difícil la reconstrucción? Es muy difícil porque me parece que los dos gobiernos han hecho una primera aproximación muy desde los centros políticos nacionales, pero mostrando un gran incomprensión  del fenómeno migratorio. Cuando los dos cancilleres reunidos en el Táchira dijeron “Es el momento que vuelvan los migrantes venezolanos a Venezuela” mostraron una gran desinformación. Necesitan otra mirada.

Esa población no va a volver masivamente mientras no se reconstruya a Venezuela, mientras no haya una transición democrática.  Tienen que comprender que no se ven las condiciones favorables que animen a los venezolanos a volver, y además que es necesario valorar el valioso aporte que esa migración ha significado para Colombia, y que muchos migrantes se quedarán aunque Venezuela mejore. La de los dos cancilleres es una mirada simplificadora hecha desde las capitales. 

Y además no hay ecuanimidad. El nuevo embajador de Colombia anunció que no tendría injerencia en los problemas internos de los venezolanos, pero muchas de las iniciativas que está movilizando son una abierta toma de partido ante problemas venezolanos. Por ejemplo, promover que  Colombia se retire del proceso contra el gobierno de Maduro  que la Corte Penal Internacional realiza frente a la violación de derechos humanos en Venezuela es tomar partido por el gobierno. O que se reúna solamente con voceros del gobierno y con personajes como Diosdado Cabello que es creo el vicepresidente del PSUV, son malas señales. Están mandándose mensajes de que más que la reconstrucción lo que quieren es una normalización de relaciones que se reduzca al manejo entre los dos gobiernos centrales de una relación que es compleja, múltiple, articulada, con una gran cantidad de flujos compartidos que requieren la participación masiva y plural de todos los sectores de ambas sociedades.

TH: Especialistas internacionales piensan que las políticas públicas migratorias de los gobiernos de  Santos y Duque son un ejemplo y un modelo para la comunidad internacional. Pero hoy hay una gran incertidumbre por saber si el gobierno de Petro va a mantener esas políticas. Gran inquietud también porque a estas alturas no se ha nombrado el Gerente de fronteras y el presidente aún no se ha referido al tema de los más de dos millones de venezolanos en Colombia y su situación a futuro.  Un artículo de El País de Madrid del pasado 9 de septiembre se titulaba “ La acogida de inmigrantes venezolanos pierde impulso ante la era Petro”. ¿Cree usted que el nuevo gobierno podría cambiar la tradición de acogida que iniciaron lo gobierno de Santos y Duque?

SR: Está claro que hay un gran desconocimiento de esa problemática. Creo que prima el desconocimiento más que un problema ideológico. Cuando los dos cancilleres dijeron en Táchira  que los venezolanos deben regresar, nosotros inmediatamente contactamos a las cancillerías de los dos países y les alertamos del grave error que estaban cometiendo. Les mandamos radiografías distintas sobre la necesidad de que sus gobiernos, especialmente el colombiano, abordaran esta problemática de manera distinta. Por lo menos el gobierno de Colombia rectificó y aclaró  que le garantizará los derechos a migrantes y refugiados, y que iba a tratar de crear espacios para escuchar sus necesidades y puntos de vista. Ojalá y lo hagan. Pero  están muy retrasados en el nombramiento de muchos funcionarios, no solo del Gerente de Fronteras sino de muchos otros claves para la gestión de la migración.

Me parece que hay  necesidad de incidir permanentemente en diversos sectores ligados  a la opinión pública para que muestren otra mirada de lo que significa la presencia de este éxodo poblacional y recordar siempre que de Colombia también  salieron migrantes por millones a Venezuela. Como dije al comienzo, “Cada país ha sido el primer destino migratorio del otro”. En ese sentido hace falta que el gobierno actual se acerque a la temática migratoria porque hasta hoy no ha demostrado suficiente comprensión del fenómeno. Aunque fue muy bueno que rectificara.

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