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La trascendencia de la saga Harry Potter quedó demostrada con el programa especial “Regreso a Hogwarts”, un episodio de casi dos horas que, desde el inicio, tiene los valores de producción de las ocho películas que han encantado a generaciones.

Con la presencia de los múltiples talentos que estuvieron delante y detrás de cámara, junto a Daniel Radcliffe (Harry), Emma Watson (Hermione) y Rupert Grint (Ron), fueron rememorados los mejores momentos de las grabaciones y revelados los secretos detrás de las togas y varitas mágicas.

Flechazos en el rodaje

Hace una década, al acabar el rodaje de ‘Harry Potter: Las Reliquias de la Muerte. Parte 2’, Radcliffe, que entonces tenía 22 años, se armó de valor para confesarle a la entonces esposa de Tim Burton que estaba enamorado de ella. En la conversación que el actor mantiene en el especial con Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange, en la saga), cómo no, recuerdan aquella carta que le escribió: “Querida Helena Bonham Carter. Ha sido un auténtico placer trabajar contigo y ser tu posavasos, dado que siempre acababa sosteniendo tu café. Te amo, y ojalá hubiese nacido 10 años antes para haber tenido una oportunidad contigo. Te mando mucho amor y te doy las gracias por ser tan guay”. La actriz ha explicado ahora que guarda la nota en su baño.

Pero Radcliffe no fue el único al que Cupido disparó sus flechas en el rodaje. Watson también ha recordado el momento en el que “se enamoró” platónicamente del joven Tom Felton (Draco Malfoy). Fue durante unos ejercicios escolares durante el rodaje: “Teníamos que dibujar cómo nos imaginábamos a Dios y Tom dibujó a una chica con una gorra al revés sobre una patineta y, no sé cómo decirlo, simplemente me enamoré de él”. La intérprete británica ha proseguido: “Todos los días llegaba y buscaba su número en el listado y si estaba su número en la lista, el día se volvía más emocionante”. Por su parte, Felton, tres años mayor que su compañera, ha hablado así de su relación con quien consideraba como una hermana pequeña: “La protegía mucho, siempre tuve debilidad por ella y la sigo teniendo hasta el día de hoy”’. Al final, “nunca sucedió nada romántico entre nosotros, simplemente nos queríamos”, ha aclarado Watson.

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El secreto no tan secreto

Gracias a la conversación entre Gary Oldman (Sirius Black) y Daniel Radcliffe (Harry Potter) se ha sabido qué actor supo desde el principio cómo acabaría la historia: Alan Rickman, el desaparecido actor que encarnó a Severus Snape. “Nos fuimos enterando con cada libro”, señala Oldman, y Radcliffe revela a continuación: “(Alan) Rickman era el único. Rickman sí lo sabía, solo él”. “Desde el principio, le dijo a Jo [J.K. Rowling] que necesitaba saber lo que pasaría”. Rickman tenía la información y nunca se lo dijo a Chris [Columbus] ni a nadie. Y Chris le preguntaba: ‘¿Por qué haces eso?’, y él respondía ‘después te lo cuento'”, explica Daniel.

Alan Rickman murió a causa de un cáncer de páncreas, el 14 de enero de 2016, a los 69 años. Hacía cinco años que se había estrenado la última película de la saga.

Watson estuvo a punto de dejar la saga

En la época de ‘Harry Potter y la Orden del Fénix’, Emma Watson tenía 17 años y se sentía muy angustiada debido a la creciente repercusión de las películas del niño aprendiz mago. A punto estuvo de abandonar la franquicia. Mientras Radcliffe y Grint se apoyaban mutuamente y Felton tenía sus “compinches” de aventuras, Watson se sentía sola. “El asunto de la fama finalmente llegó a casa y a lo grande”, explica la actriz, de 31 años. “No lo hice porque los fans eran todo lo que necesitábamos en ese momento. Pero me sentía bastante sola, pensaba que la fama y toda la atención mediática no terminarían nunca”, aceptó durante el especial.

La realidad detrás del beso más esperado

El beso que se dan Hermione y Ron en la última película de la saga fue tan emocionante para los fans como para los propios protagonistas, Grint y Watson. Tal como explica el director David Yates fue como “prepararlos para un gran evento deportivo”. 

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Todos los compañeros querían estar en el set para ser testigos del momento. Según Watson, la química que había entre ella y Grint era lo más parecido a la que hay con un familiar, por eso tener que besarlo fue uno de los retos más complicados que asumió. “Besar a Rupert es una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer. Sentía que estaba mal en todos los sentidos. Somos como hermanos”, ha recordado.

La actriz también cuenta que cuando llegó el momento, estaban tan nerviosos que no podían parar de reír, y que fue ella quien tuvo que dar el primer paso. “Se suponía que tenía que ser un beso dramático, pero tú y yo nos desconcentrábamos. No parábamos de reírnos y tenía mucho miedo de que nunca nos saliera bien porque no nos lo podíamos tomar en serio”, ha explicado. Por su parte, Grint ha admitido que estuvo a punto de desmayarse cuando vio a su amiga acercándose a él. 

Las velas flotantes del Gran Salón eran de verdad

Aunque las películas de Harry Potter utilizaron muchas imágenes generadas por ordenador para recrear la magia en la gran pantalla, las velas flotantes en el Gran Salón de Hogwarts fueron una de las pocas excepciones, tal como han explicado ahora sus protagonistas. “Uno de mis momentos favoritos en el set fue cuando todas las velas flotantes comenzaron a arder a través de las cuerdas que las ataban al techo y empezaron a caer a través del Gran Comedor”, describe Radcliffe.

Potter

Con información de El Periódico

Prensa Frontera Viva

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