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Por: Humberto González Briceño

La falsa oposición venezolana, cuyas franquicias más notables son VP, PJ, AD y UNT, sigue dando bandazos con una política errática que pretende embaucar a los venezolanos. El episodio más reciente de esta trama es la decisión adoptada por la Asamblea Nacional del 2015 de cesar en sus funciones al llamado gobierno interino y su presidente Juan Guaidó.

Inclusive desde la Constitución chavista de 1999 la legalidad del interinato siempre ha estado en discusión porque responde más a una jugada de tipo político que a un acto jurídico. Siempre hemos sido consecuentes en la crítica a la pseudo legalidad del régimen chavista que fue precisamente invocada para sostener en el aire al Interinato de Guaidó. Pero a ese cuestionamiento le hemos sumado otro que nos parecía más grave aún y es la estafa del gobierno interino al no representar una fórmula viable para articular una estrategia política que nos ayudara a salir del chavismo.

Efectivamente el Interinato lejos de ser el eje de lucha contra el régimen chavista degeneró en un entramado burocrático de corrupción que benefició a los partidos de la falsa oposición. Siendo Juan Guaidó un operador de Voluntad Popular le correspondió a este partido la mayor cuota a la hora hacer los repartos de contratos, cargos y prebendas. Y el botín objeto de disputa entre los socios de la MUD no es poca cosa porque en gran medida está representando por los activos de Venezuela congelados en el exterior que el régimen chavista no podía controlar pero que fueron cedidos en forma irresponsable por los Estados Unidos y otros países al Interinato.

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La figura del gobierno interino concentró en la persona de Juan Guaidó la representación del poder legislativo y el poder ejecutivo en contradicción con los principios de separación de poderes pero como una vía fácil y expedita para saquear unos recursos cuya rendición de cuentas no parece estar gobernada por ninguna legalidad. Amparado en ese limbo jurídico en el que hoy se encuentran los activos de Venezuela en el exterior Juan Guaidó ni la Asamblea del 2015 estarían sujetos a someterse al examen contralor de ningún poder público o ciudadano dentro o fuera de Venezuela.

Es precisamente esa situación la que abre las puertas a esquemas de corrupción tan sofisticados y colosales como los perpetrados por el chavismo en Venezuela, pero en este caso cometidos por los operadores de la falsa oposición. Por ello hemos argumentado que esos activos estarían a mejor resguardo congelados, sin la intervención del chavismo o de la falsa oposición hasta, que la situación política en Venezuela alcance un nivel de resolución.

Es la disputa por determinar quién controla esos activos y cómo se distribuyen esos recursos la razón del enfrentamiento que hoy vemos en el seno de la falsa oposición y no otra. No es poca cosa manejar al antojo extraordinarias cantidades de dinero sin estar obligados legalmente a ofrecer una explicación. El capítulo de Monómeros fue la antesala de otras peleas intestinas que también se darían en CITGO y PDVSA y que pondrían en evidencia el voraz apetito por la cosa pública y el motivo verdadero por el cual hoy presenciamos este ajuste de cuentas entre socios.

Al decidir la cesación de funciones del llamado gobierno interino los otros factores de la falsa oposición hábilmente crean una comisión que será, según dicen, la encargada de controlar y gestionar los activos de Venezuela en el exterior. Esta comisión en la práctica va a operar como una suerte de gobierno colegiado para gestionar el reparto y asignaciones millonarias de recursos derivados de los activos de Venezuela en el exterior.

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Esa comisión vuelve a repetir la aberración jurídica de concentrar la función de poder ejecutivo y poder legislativo en una sola entidad de la misma forma que antes ocurría con Juan Guaidó. Que ahora esos recursos los manejen otros grupos distintos al de Juan Guaidó y Voluntad Popular no cambia en absoluto lo fundamental en la confrontación con el chavismo.

En otras palabras, habría que preguntarse si el hecho de que ahora los activos estén en manos de PJ, AD y UNT en lugar de VP ayuda la causa de sacar al chavismo del poder. La falsa oposición sigue haciendo de sus posturas políticas un lucrativo negocio. Que el cheque en blanco que ayer tuvo Guaidó hoy lo tengan otros en sus manos deja todo en los mismos términos. El régimen chavista sigue en el poder más que por su propia fortaleza gracias a una falsa oposición errática, negociadora y corrupta.

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