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El artista que se ha hecho popular por dibujar cada situación que vive el país a través de los colores y el papel de un papagayo, dice que: “la vida en Venezuela se resume solamente en conseguir comida y las demás cosas quedan en segunda opción”.

Por Frontera Viva

Rafael Araujo, conocido popularmente como “el señor del papagayo”, es un artista plástico venezolano de 68 años caracterizado por asistir a todas las marchas y manifestaciones que llevan a cabo en Caracas, en contra del régimen de Nicolás Maduro. Con un papagayo que contiene mensajes críticos acompaña cada una de las protestas. 

Araujo, estudió dibujo y pintura en la escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, actualmente se dedica a hacer cuadros artísticos y las reconocidas cometas con textos que promueven la democracia y rechazan la crisis venezolana.

“La primera vez que hice un papagayo era un niño, pero los papagayos que promueven la democracia los elaboro desde hace más de 20 años”, comentó en conversación con Frontera Viva.

Una de las primeras protestas a las que asistió fue convocada por el dirigente político y miembro de la Dirección Nacional de Alianza Bravo Pueblo (ABP), Óscar Pérez en 2009 quien posteriormente recibió una orden de captura y tuvo que salir del país.

En aquella ocasión, Rafael recuerda que llevó un papagayo con los colores de la bandera y con la palabra libertad, la cual elevó sobre la avenida libertador de Caracas.

“Creo que ese día fue uno en los que se lanzaron más perdigones y bombas lacrimógenas”. “Habían montículos cada 20 metros de un metro de altura con los residuos de los perdigones y las bombas”.

Los papagayos

Aunque no tiene una cuenta de cuántos papagayos ha elaborado hasta ahora, Rafael asegura que ha hecho entre dos y cuatro papagayos por semana en estos últimos años. Nunca pensó en contarlos, solo quería participar como ciudadano.

“Yo siempre hago un papagayo cada vez que veo algo importante que criticar o que publicar y si me indigna mucho lo saco a la calle”.

Estos papagayos se han ganado el reconocimiento de los caraqueños y de los venezolanos que lo siguen en sus redes sociales y que comparten su trabajo.

Quienes se acercan a él le extienden su agradecimiento y le piden una foto para mandar a un familiar en el extranjero o para publicarlo en sus redes sociales.

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“Siempre me dicen: yo te sigo, siempre te veo”.

Estas mismas personas, le han llegado a pedir que coloque un mensaje en particular en sus papagayos. Sin embargo, siempre les agrega su esencia.

“Los amoldo a mi parecer para agregarle doble sentido o profundidad”.

Hasta ahora el mensaje que escribió y que más recuerda es “Maduro por qué destruiste el producto interno BRUTO”.

“Puse la palabra bruto más grande porque me sobraba espacio y papel”.

Los mensajes los elabora con el fin de lograr el titular del momento. Pese a esto, su principal interés es que el mensaje le llegue a la gente y lo interpreten a su manera.

Lo hace por Venezuela

Lo que día a día lo inspira a seguir marchando es la gente, la vida y el arte.

“El arte es vida, actuación, creación, es la aceptación y la sonrisa de la gente, un cornetazo que me den, una foto que me pidan, todo eso me inspira y me hace seguir adelante”.

Además, la grave situación política, social y económica que afecta al país lo impulsa a seguir manifestándose contra el régimen. 

“El país está mal porque económicamente no hay calidad de vida, y la calidad de vida se resume en el poder adquisitivo que está por el piso, la gente no pude casi ni pensar, el hambre también daña el entendimiento y la gente actúa como animales cuando no tienen una buena alimentación”.

Según destaca, en Venezuela “la vida se resume solamente en conseguir comida y las demás cosas quedan en segunda opción. Es una manera de someter el pueblo, por eso estamos mal”.

En cuanto a la crisis, considera que “políticamente nos han abandonado, los políticos no sufren lo que sufre el pueblo, pero ahorita el que está en la calle es el pueblo y los políticos son muy pocos los que funcionan”.

Pero ver al pueblo en la calle lo motiva a seguir asistiendo a las convocatorias.

“Asisto a todas las marchas gracias a Dios porque tengo algo de salud y he podido asistir por muchos años y todavía pienso seguir hasta que el cuerpo aguante”.

Su vida

Rafael, quien vive con sus hermanos y su mamá de 101 años, se dedica a pintar cuadros, aunque dice que es más conocido por su arte del papagayo.

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“Trato de pintar cada vez que puedo porque el papagayo me resta algo de tiempo, pero siempre estoy pintando”.

No obstante, asegura que no tiene muchos cuadros “porque soy muy exigente a la hora de pintar, mis amigos me dicen que soy el pintor que rompe los cuadros, así que tengo pocos”.

Su mayor logro fue la primera vez que le dijeron Dios te bendiga y cuando lo llamaron artista.

“Eso me llena mucho, la primera vez que vieron mi papagayo me dijeron que era una artista y me lo siguen diciendo, por eso me entusiasmo y sigo”.

Agresiones

Durante estos años de marchas y manifestaciones, Araujo ha recibido amenazas de muerte y agresiones por parte de los cuerpos policiales.

“Si me han agredido, pero no son tantas las veces, con los años que tengo se pueden contar, pero nunca pasó de ahí, no hubo golpes, pero amenazas sí”.

“Amenazas de muertes sí me hacen, pero en los últimos dos años han cesado”.

Estas amenazas las ha recibido por parte de civiles que se acercan para intimidarlo.

“Se detenían en la calle y me amenazaban de muerte, pero comparado con la cantidad de personas que me agradecen son muy pocas las veces que sucedió”.

En dos ocasiones le rompieron el papagayo y en una de ellas lo llevaron dentro de La Carlota.

“Me llevaron y me iban a golpear, pero decidieron soltarme no sé por qué”.

Recordó que una vez Diosdado Cabello lo mencionó en su programa y desde ese momento le dijeron que se escondiera porque lo estaban buscando. Yo no aguanté ni una semana y salí a la calle”.

El miedo

Con todos los momentos de tensión que ha vivido en las manifestaciones, Rafael asegura que ha sentido miedo, pero que se siente apoyado por la gente.

“Los papagayos me dan fuerza y la indignación que siento por lo que está sucediendo me hace seguir”.

También dice sentirse inspirado por un pronto cambio político.

“Sí se puede, mientras haya vida uno piensa que se puede lograr”.

No obstante, considera que todas las personas deben aportar un grano de arena para construir un mejor país “y sacarlo de la fosa en la que está”.

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