
La desolación es parte del panorama que se vive en la zona de la Plazuela, en Ureña, este 21 de noviembre. Segundo día del cierre de frontera decretado por el gobierno colombiano. A varios pasos de allí se encuentra el puente se Francisco de Paula Santander. Uno de los pasos fronterizos más frecuentados por las personas que se dirigen a Cúcuta.
Esta situación se debe a la inesperada suspensión del transito peatonal por los pasos fronterizos hacia Colombia, anunciado este martes 19. La intención de esta resolución es de resguardar la ciudadanía, ante el llamado a paro convocado para el día de hoy por la oposición del vecino país. Pues se teme el ingreso de personas que incentiven a la organización de disturbios dentro del territorio neogranadino.
“Dependemos totalmente de la frontera”
Alcabala de la Guardia Nacional Bolivariana
La medida ha afectado a varios grupos comerciales de la zona, en especial al transporte público, pues la mayoría de los pasajeros, suelen ser los que se dirigen hacia la frontera. El gremio de moto-taxistas del municipio se encuentra prácticamente paralizado, ya que ellos dependen exclusivamente de los peatones que diariamente utilizan esta localidad para llegar a la ciudad de Cúcuta.
Así lo aseguró Jonathan Vivas, mototaxista de una de las líneas cercanas a la alcabala de la GNB (Guardia Nacional Bolivariana), en Ureña:
- “dependemos totalmente de la frontera, de lo que es el flujo de personas que se movilizan dentro del municipio. Al estar cerrada nos trancan completamente y es difícil transportar pasajeros, ya que la mayoría se dirigen a la ciudad de Cúcuta a trabajar, a hacer compras y ha asistir a citas médicas”.
Por otra parte, gran parte de la población ureñense se traslada a Cúcuta para cumplir con su trabajo. Este es el caso de Marcela Martínez, joven que se desempeña en el área de atención al público en una venta de equipos celulares, en un reconocido centro comercial de la ciudad.
Martínez mostró su inconformidad con este cierre inesperado de frontera y dijo:
“yo ya estaba segura que el día de hoy no íbamos a ir a trabajar porque ya se había anunciado con anticipación el cierre de la frontera. pero lo de ayer nos agarró por sorpresa y no tengo donde quedarme en Cúcuta. Por suerte mi jefe entendió lo que está pasando y espero que mañana abran la frontera para ir a trabajar”.
Marcela Martínez
En definitiva este cierre inesperado de frontera ha roto con la cotidianidad de los ciudadanos que viven y trabajan en Ureña. Los habitantes esperan que para el día viernes se reanude el paso, con la finalidad de volver a su rutina.
Corresponsal: Laura España.