
Dormir en el piso y a la intemperie, pasar largas horas de ayuno y sin poder acceder a un vaso de agua, estar vigilada las 24 horas del día por los que describen como “grupos colectivos”. Además de sentirse engañados por la forma en que los reciben al entrar al país, aseguran estar angustiados ante las desapariciones de algunos jóvenes que han protestado por el drama que se vive en los refugios
Por Rosalinda Hernández C.
Una semana ha transcurrido desde el ingreso a Venezuela a través del puente internacional Simón Bolívar, de Mayra Leal, una venezolana que viajó junto a 34 connacionales más, desde Bogotá, -Colombia- en un transporte privado, por el que pagaron 150.000 pesos cada persona para llegar a Cúcuta.
Mayra Leal conversó con Frontera Viva sobre “la tragedia” que le ha tocado vivir dentro del terminal de pasajeros de San Antonio del Táchira.
¿Cómo fue la llegada a la frontera venezolana?
Cuando uno pasa el puente Simón Bolívar y llega a la aduana de San Antonio, le toman la temperatura, hacen un chequeo y aplican la prueba rápida para el coronavirus. También hacen un registro de control de ingreso y en más o menos media hora salen los resultados, nos entregan un papel donde explican si el resultado fue positivo o negativo al virus
Luego nos dicen que esperemos mientras llegan los autobuses que nos llevarán al terminal de San Antonio. Nos engañan, nos dicen que en el terminal están las unidades de transporte que nos van a llevar hacía el destino, ciudad o pueblo. Cuando uno llega al terminal es que le notifican que aquí nos quedamos a cumplir la cuarentena de 15 días por ser provenientes de países con altos contagios de Covid-19.
¿Cómo han sido los días en el terminal?
Desde el domingo 5 de abril estoy junto a un 34 venezolanos que viajamos desde Bogotá en un autobús que nosotros mismos pagamos (150.000 pesos cada uno). Nos han dejado a pasar cuarentena en el terminal. Aquí si está la Guardia Nacional, ellos cuidan pero también hay mucha otra gente camuflada, se hacen llamar colectivos y nos vigilan las 24 horas del día.
No se pueden grabar vídeos, hace unos días atrás había una persona grabando y uno de ellos se le acercó, nos dijo que borráramos todo lo que hicimos. Ellos atemorizan.
De aquí no se puede salir. En la noche que se fue la luz como dos horas muchas personas intentaron escaparse, incluso había mujeres en eso. Se escuchaba que les pegaban y gritaban (…) gritaban mucho.
Otro grupo de personas se amotinó hoy por la tarde. Empezaron a gritar y los colectivos que recorren el terminal con la cara cubierta con pasamontañas negros, se enfrentaron a esas personas que estaban alteradas.
¿Qué hacen los grupos colectivos cuando se protesta?
Los colectivos se llevaron a un grupo de hombres que protestaban. Ya han pasado varias horas y nadie sabe en dónde están esos muchachos, no los han traído. Los familiares lloran porque no saben dónde están. (Un silencio invadió por minutos la comunicación).
La revuelta que se formó fue tan fuerte que en menos de una hora llego al terminal un contingente militar antimotines de policías y guardias nacionales. Se quedaron toda la noche hasta esta mañana a las tres que empiezan a hacer los traslados de personas a las escuelas.
¿De qué se quejan las personas?
La gente forma trifulcas porque se quieren ir. Reclaman las condiciones en la que nos tienen. Son muy pocas las grabaciones o fotos que se pueden hacer aquí adentro porque ellos nos vigilan y amenazan si nos ven haciéndolo.
En todo el día, apenas ahora a las cinco de la tarde es que nos trajeron almuerzo, un poco de arroz y lentejas. El agua no la quitaron desde ayer. El terminal no tiene agua directa, llega es por cisternas y llenan tanques subterráneos y aéreos.
Es cierto que estamos durmiendo en el piso. Llegaron colchonetas pero solo las repartieron a los niños y mujeres embarazadas. En el grupo mío hay dos chicas embarazadas. Nos dieron tres colchonetas, una para que duerman las dos embarazadas, otra para una niña y la tercera para una abuelita.
Dicen que nos tienen en lugares donde se nos garantiza el desayuno, almuerzo, cena, agua y todo eso es mentiras. Aquí en el terminal de San Antonio la realidad es otra, empezando que nos traen engañados.
¿Cómo hacen para alimentarse?
Hay gente que entra y sale del terminal, ellos nos ha ayudado para comprar algo de comida afuera. Ayer nos trajeron un salchichón, arroz, sardinas y buscamos aquí mismo la leña, montamos un fogón y preparamos la comida. Así hemos ido solventando porque si nos ponemos a esperar a que nos traigan comida, morimos de hambre.
También dejan entrar a vendedores ambulantes y hay quienes pueden comprar arepitas, pasteles, café, no todo el mundo lo hace. Dentro del terminal hay un solo restaurante y lo administran los colectivos, venden platos de comida en 6000 y 8000 pesos, todo lo venden en pesos.
¿Existen personas enfermas en al refugio?
Ninguna de las personas que están aquí ha salido positiva al virus, tampoco presentan síntomas. En algunos hay sentido de consciencia, higiene y se mantiene el distanciamiento social, no son así todos.
Aquí adentro no hay asistencia de primeros auxilios. Me sentí mal, sufro de la tensión y me acerque a preguntar quién podía tomar la tensión y la respuesta fue que no está el aparato (tensiómetro) para hacerlo.
Una compañera del grupo se enfermó y entre todo juntamos plata para mandar a comprar las medicinas que le indicaron. Aquí no dan medicinas.
Hace dos días una señora se desmayó porque no había comido nada. Los niños se deshidratan y también los adultos porque el calor es fuerte y agua no hay.
La atención médica se limita a la entrada del terminal, donde hacen la prueba y toman la temperatura a los que han ingresado por trochas o no se han sometido a los controles en la aduana.
Todos los días llegan cantidad de personas, son muchos y de la misma manera los sacan en autobuses en la madrugada.
¿Cree que corre riesgo su vida?
Tenemos miedo que por la mala alimentación se presenten otros problemas en el organismo, enfermedades gástricas por el tipo de agua que bebemos. Además estamos a la intemperie, durmiendo en el piso al aire libre. Si llueve nos vamos a mojar y ya hay gente, sobre todo niños que presentan insolación.
La gente mayor aquí en el terminal es poca, pero si existe gran cantidad de niños muy pequeños, bebés recién nacidos.