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Cuando Adriana llegó a Perú, no sabía lo que significaba la palabra «xenofobia». Tenía 9 años de edad y había dejado atrás la crisis en su Venezuela natal para empezar una vida nueva junto a sus padres, pero la llegada a su nuevo hogar, como la de muchos de sus compatriotas, estuvo marcada por un rechazo a su origen que ahora busca revertir.

“En mi colegio, a la llegada de Venezuela a Perú se me hizo muy difícil adaptarme y sufrí xenofobia al llegar aquí, más por mis compañeros por verme diferente, por no ser un poco empáticos con mi situación. Simplemente, lo que hacían era burlarse”, explica a Efe Adriana, que hoy tiene 14 años.

La suya es una historia más entre la de los 6,1 millones de venezolanos que han abandonado su país en los últimos años, según las cifras de la ONU, y que han acudido a buscar un presente mejor. Un gran desafío que cobra relevancia en jornadas como la de este lunes, Día Mundial del Refugiado.

Solo en Perú, 1,3 millones de peruanos han encontrado su nuevo hogar en un país en el que el idioma y las similitudes culturales y del mercado laboral les hacen sentir en casa.

Ellos, como muchos otros, han aportado a sus países receptores ideas y capital humano, pero se han enfrentado, como Adriana -que por seguridad oculta su apellido y la ciudad donde reside- a episodios de rechazo.

“Disfruto demasiado de las clases”

La joven, pese a ese rechazo inicial que sintió, confiesa que disfruta «demasiado de las clases» en una muestra de fortaleza poco habitual en alguien de su edad.

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“Realmente, disfruto demasiado de las clases, aunque mis compañeros siguen siendo iguales, ya nos les presto tanta atención. A veces trato de decirles ‘oye, no digas eso, te puedo explicar sobre este tema y por qué está mal’”, comenta con una sonrisa.

Y es que, pese a su corta edad, ha comenzado a convertirse en un agente de cambio en su escuela, donde explica a los compañeros que quieren escucharla qué es la xenofobia, la misma palabra que desconocía cuando llegó a Perú.

«La crisis no afecta realmente a todas las personas de la misma manera. La crisis migratoria suele afectar (más) a aquellos en quienes se entrecruzan ciertas características, como el hecho de ser migrante, niño o mujer», detalla la jefa nacional de Movilidad Humana en la ONG Plan International Perú, Daniela Montesinos.

Con información de EFE

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